lunes, 24 de septiembre de 2018

Cicerone (y III)


Como dije, el pedido de Fr. Horacio fue curioso, en cualquier caso.

Venía con addenda de otros pedidos: dar unas conferencias en San Miguel de Tucumán, creo que como marco de la presentación. Recuerdo ahora que hubo algo más: una plática a los monjes, cosa que un servidor tuvo que afrontar con temor y temblor. Hablamos sobre la belleza. Otro día, con alumnos de un colegio secundario, hablamos de la importancia de Martín Fierro, como modelo.

Además de la presentación, se habló de la influencia del Movimiento de Oxford y, en otra ocasión, de autores argentinos, con lo que se completó el ciclo.

Entre otras fuentes, y además de la recopilación de la revista Newmaniana, hay un trabajo de S. Randle (una explicación del Movimiento para argentinos) que solventa sobradamente el asunto y que tuve a la vista para preparar mis apuntes, en los que solamente hice una ubicación muy somera del Movimiento, cosa que se verá fácilmente, porque mi propósito era mostrar su influencia en G. K. Chesterton y en C. S. Lewis. El centro de la cuestión eran las notas del clima cultural que el cardenal Newman, entre otros, había promovido en Inglaterra. Dicho esto, queda la advertencia de que en buena medida son precisamente apuntes, que sirvieron de soporte a una exposición más oral que escrita. 

En la presentación, además de hablar de la obra, extendí la influencia del clima generado por el Movimiento a J. R. R. Tolkien, formado en el Oratorio de Birmingham bajo la tutela del Padre Francis Osborne, como todo el mundo sabe. Agregué algunas reflexiones sobre la palabra y la belleza, que trasladé de otros trabajos sobre esos asuntos, porque me pareció que se aplicaban al caso, en la misma perspectiva de la obra de Fr. Horacio.


Al amparo de la bitácora, quedan los dos escritos.

Apuntes sobre la influencia del Movimiento de Oxford.

Presentación de El árbol y las hojas, de Fr. Horacio Ibáñez Hlawaczeck.