martes, 26 de diciembre de 2023

Florecillas presidenciales para el mes de diciembre (III): Versiones prostitutas.




Contrariamente al apuro furioso y desesperado con el que empujan Javier Milei y sus ministros y lenguaraces: hay tiempo. Creo realmente que hay tiempo para ir viendo.

Y eso, por dos razones: porque hay demasiado ruido y pocas nueces, por una parte; por otro lado, porque todavía están midiendo fuerzas los pros (¡je!) y los contras. Se hace medio aburrido oír las bravatas y patoteadas del presidente liberal-libertario (¿no es un contrasentido?) y ver el ajedrez astuto interminable del peronismo en primer lugar, de los que juegan en la B, en segunda línea; y los guiños y señas de los que orejean las cartas para ver cuál es "la suya" en este tornado. Hasta adentro mismo del gobierno hay un ovillo medio enredado que no terminan de destrabar. Pasa que amigos, socios y cómplices no son sinónimos.

Así que, si me permiten, le voy a dar un par de meses a esta red de pesca agujereada y después habrá que ver qué quedó entre los hilos. Lo que pase en el medio se me hace que es provisional, salvo que Javier Milei renuncie o lo renuncien, que sería lo único que merecería una mirada más o menos atenta. Pero, salvando eso, todo lo demás está pegado con saliva, hasta que consigan cemento instantáneo.

Aunque.

Hay dos asuntillos que pueden anotarse.

1. ¿El peronismo pidiendo sesiones del Congreso a los gritos? ¿De veras? ¿Quejándose de la prepotencia y de la inconstitucionalidad, y del atropello a la república y a la democracia y esas zarandajas? ¿Se chorearon un manual de oratoria en algún comité radical? 

– No, pero si los patoteros eran los K..., no confunda. Esos eran feos y malos. Los peronistas jamás... El peronismo no roba, ni mata, ni miente. El peronismo siempre estuvo firme junto al pueblo, como Crónica... 

– Oiga, nabo: estoy hablando en serio, no se haga el tonto que lo que está sufriendo es la Patria, no su movimiento (que ya la hizo sufrir bastante...)

El peronismo que trae las soluciones con la misma cara de piedra con la que trajo los problemas, con la que trajo males llamándolos bienes; que levanta el dedito y que advierte y ahora quiere corregir desmanes y desfacer entuertos, con apostura de Quijote. El peronismo que resiste (todo lo que no sea peronismo). El peronismo que siempre sabe lo que hay que hacer (y hace lo que le conviene y como le conviene...). El peronismo que, si le cuadra, va a negociar con Javier Milei. El peronismo que tiembla, olfateando que la izquierda le puede robar algo de la calle, ante la brutalidad de Milei. Ese peronismo que más tarde o más temprano le va a susurrar al oído al energúmeno libertario que ellos pueden controlarle la protesta... si ya no lo hizo, porque lo hace siempre.

2. Las dos grandes banderas de los liberales y de los libertarios son la libertad y la propiedad privada, así como el peronismo cacarea la defensa del estado y del bien común y la justicia social. 

Cuando fue la fiebre y el paroxismo de Néstor y Cristina (ahora hay quienes prefieren olvidar los extasis orgásmicos en los que caían en esos días gritando sus consignas...), repetí hasta aburrir que tenía contra ellos particularmente una cosa: malversaban la recta noción del estado, del bien común, de la justicia social, oprimían al pueblo, lo esclavizaban, lo sometían, lo compraban, lo envilecían.

Y sostenía, como sostengo todavía, que si alguien quisiera en algún momento poner en caja las tres cosas y tan siquiera hablar como se debe del estado, del bien común y la justicia social, no iba a poder, porque las tres cosas estaban infectadas con lo que el peronismo hizo con ellas y de ellas. Está escrito en estas mismas páginas.

Pero así como dije aquello, ahora digo que lo que los liberales, los libertarios y principalmente Javier Milei están haciendo con la libertad y la propiedad privada es lo mismo: las malversan, las envilecen, las prostituyen. Y en su nombre, en el nombre de cosas que tienen ese mismo nombre pero que no son esas cosas que ellos sostienen, hacen cosas bestiales, repugnantes y crueles.

Un día, quien quiera sostener como se debe la libertad y la propiedad privada, cuando este turno del péndulo pase y vuelvan las oscuras golondrinas, no podrá intentarlo siquiera sin cargar con la excomunica de ser como Milei, así como ahora darle su lugar al estado, pensar en la justicia social o en el bien común, es K.

Y de ese modo, Milei y Néstor y Cristina, Perón y Evita y Karina, se llevan para la historia la medalla falsa, el premio mayor falso de ser los defensores del hombre común, del estado, de la libertad, de la justicia social, de la propiedad privada y del bien común. El premio trucho a la honestidad, a la integridad y al amor a la patria y al pueblo.