Hay toda cosa
en el derredor de tus ojos
y todo lo que hay habla en tu nombre.
Murmura la paloma y te convoca,
estalla una magnolia y te ha llamado,
te busca entre la espuma
el propio mar rugiendo.
Son girasoles o gaviotas,
es un mundo de arena,
la hierba fresca,
el corazón de todo, silencioso.
Toda cosa.
Toda cosa.
Sin tiempo, este viento del aire, desolado,
gime una palabra,
y se alza un vuelo de notas musicales
que se parece a tu canto
y a tus ojos.
Toda cosa hay
en el derredor de tus ojos
y cada cosa te mira,
y cada voz te llama.