De la tierra y del cielo
Vine dejando una huella
porque te anduve buscando;
y estabas en una estrella
que me iba acompañando.
Vine dejando una huella
porque te anduve buscando;
y estabas en una estrella
que me iba acompañando.
§
La luna se hace menguante
y después desaparece;
a los siete días crece
y, llena, sigue adelante.
§
Si va para el horizonte,
el que camina lo ve.
Si no lo ve el que camina,
nunca sabrá adónde fue.
§
La lluvia moja la tierra
y llega del cielo al suelo:
¿de dónde vienen las lágrimas
que llegan a tu pañuelo?
§
Está abrazando mi sombra
la sombra de tu figura.
Y mi sombra se hace luz:
eclipse de tu ternura.
§
Si la tierra se reseca
pronto se vuelve desierto.
Así el corazón que no ama,
todo de arena cubierto.
§
El universo infinito
brilla en la noche del cielo.
Más infinitos tus ojos
y la noche de tu pelo.
§
Para que nunca me olvides
en el aire dejo el viento.
Me ha de nombrar cuando sople
por si alguna vez me ausento.
§
Cuando sale rojo el sol
la lluvia no ha de tardar.
Apure el paso el que anda,
si no se quiere mojar.
§
Tiene el mundo maravillas
y entre todas sé de una:
el cielo con que me miras
bajo la luz de la luna.