domingo, 9 de marzo de 2014

Único mar




Hay un mar que es la náusea de este mundo.
Un mar de antiguas aguas enemigas,
que en sal amarga pudren y corroen.
Y es de una soledad que es siempre estéril.
En ese mar los hombres languidecen
en afanes de nada, en desesperos
de naufragios opacos, grises, vanos.
Sólo es feliz el triste en ese mar.
Pero hubo otro mar en esta tierra,
otro mar anterior, hijo del cielo,
que en oleajes de espumas rumorosas
besó las costas claras, inocentes,
y que un día, al final de nuestros días,
será de nuevo el mar. Y no habrá otro.