jueves, 29 de agosto de 2013

Soy tonto

No me creo el único, no. Hay otros que también lo son, por supuesto.

¿Es consuelo que haya muchos tontos? No es un bien ser tonto. Y entonces es mal de muchos que haya muchos tontos.

Entonces.

¿Es consuelo de tontos que haya muchos, por aquello de que el mal de muchos es consuelo de tontos?

Dicho así, y si uno es tonto, debería serle consuelo, claro. Y sería la prueba de que lo es. De que es tonto, digo.

Pero parece que no siempre dijo eso el refrán. Gracián, por ejemplo, en el Criticón dice graciosamente:
Ítem: se prohibe, como pestilente dicho, aquello de Mal de muchos, consuelo de todos. No decía en el original sino tontos, y ellos lo han adulterado.
Y dice esto, con razón, porque hay partes antiguas en la que se dice mal de muchos, conhorto (conforto, consuelo) es o mal de muchos, gozo es.

Tiene sentido, se entiende, que duela menos sentirte acompañado por muchos, si de llevar un mal se trata (y la tontez no es un bien...), y hay quienes defienden la versión benévola del dicho, por eso mismo.

Pero.

Por su parte, el crudo Eclesiastés dice que stultorum infinitus est numerus (1, 15), y eso no es muy consolador que digamos, también es verdad. Porque infinito no es solamente muchos...


Hace unos años, leí un ensayo breve de un Prof. L. Jean lauand, que era de la U. de San Pablo, en el Brasil.

Se llama La tontería y los tontos en el análisis de Santo Tomás y tiene la gracia de acopiar unas 22 formas de tontería, según lo que leyó en la obra de santo Tomás de Aquino. Están definidas brevemente y remiten al lugar en el que se trató el asunto.

No falta nunca el tonto que trata de ver a quién podría aplicarle cuál categoría. Claro. Es inevitable.

A mí me ha servido para cosas del lenguaje varias veces. Pero, y sobre todo, cada tanto lo sacó de su rincón y lo miro

He visto que no es un tema inapropiado para meditar. Y, por cierto, tiene su sentido -bien que algo ácido y buenamente humillante- aun como examen de conciencia.

Ahora, si usted quiere saber si algunas veces visto con esas ropas a algunas cuantas gentes, le digo que sí, claro, cómo no...

Soy un tonto, ya lo dije. Y es conforto el mal de muchos, dicen.