lunes, 19 de agosto de 2013

La muerte feliz

Pasaron casi 25 años desde entonces hasta ahora. Pero de pronto se borraron y fue como si hoy mismo empalmara con aquellos días de 1989, apartando del medio lo que quedó en el medio.

De pronto fue 1989 y fue recién, todo a la vez. Y fue feliz.

Tal vez sea raro para algunos, pero ese efecto causa encontrar libros, que uno apreció mucho y creyó perdidos por casi 25 años. 

Admito que es una impresión extraña volver en el tiempo así, nomás por haber encontrado en el fondo de una caja llena de polvo dos libros apenas. Pero tiene un efecto que conmueve, créame. Es como una resurrección, aunque suene extremo.

Una edición de Gallimard, de 1971. Cahiers I - La mort heureuse, de Albert Camus. La novela corta que compuso entre 1936 y 1938, que fue casi la prehistoria de El extranjero, tan parecida y tan distinta. Se publicó después de su muerte. (Recordé siempre aquello de l'oisiveté n'est fatale qu'aux médiocres...)

Una edición de Emecé, de 1947. La vida y el tiempo, de José María de Estrada. Un breve ensayo estético, filosófico y teológico sobre las Coplas de Jorge Manrique, con riquísimas y sencillas observaciones hondas sobre el misterio del tiempo.

Creía con certeza haberlos perdido irremediablemnte en una de las tantas mudanzas y desmanes de aquellos días.

Y pensaba al reencontralos hoy que en todos estos años no estuvieron tanto ellos muertos para mí como yo para ellos.