Decías los augurios como floresy adornabas futuros con tu risa.Vislumbrabas un cielo en mi camisay enloquecía con tus cien colores.Voces de miel dijiste, poetisa,en versos adivinos y amadores,y, para hacer que más yo me enamore,librabas vaticinios en la brisa.Cada palabra que de ti he guardadose ha cumplido, se cumple cada díay me recuerda lo que no sabía:Eres mi vida misma y he notadoque cada cosa que al vivir vivíaya estaba en ti en amor profetizado.