Pongamos por caso, entonces, que se encuentra a un sardo por la calle -es bastante frecuente...- y le dice, a boca de jarro y en su sardo elemental (como el mío, cumpare, como el mío…): “Verá usted, caro amico sardo, que me anda haciendo falta una bonita pieza para dar serenata por allí y por allá… ¿No tendrá siquiera algo a mano que me dé contento en aquello que he menester…?”
Sabrá entonces a qué llaman la suficiencia sarda en su expresión prístina. Lo mirará el nativo con una media sonrisa condescendiente y sin mediar explicación ninguna dirá, apenas inclinando la cabeza hacia atrás y revoleando sutilmente los ojos hacia el cielo, mientras abre los brazos con las palmas de las manos hacia fuera: Non potho reposare…
Y el muy sardo tiene toda la razón, permítame que lo anoticie: porque parece que no hay otra canción en Sardegna a estos efectos.
Desde hace unos 90 años, los versos de un abogado y poeta comunista, Salvatore ‘Badore’ Sini, nacido en Sarule, Nuoro, se convirtieron precisamente en la canción de amor por antonomasia de los sardos. Parecería que, además de todos los sardos, la han cantado casi todos los que viven de cantar en la isla. Y no pocos afuera. Los versos, intensos y con gracia, aunque algo románticos, eran versos de un poema y al año siguiente de conocidos, en 1921, les puso música el director de la banda de Nuoro, Giuseppe Rachel, compagno del autor. El poema originalmente se llamó A Diosa, que es la letra actual de la canción, según mayormente se la entona. Otro poema de Don Badore supone que la amada contesta a éste y, por cierto, ese poema se llamó A Diosu.
Como digo, Don Badore era un fervoroso comunista -y aunque Diosa y Diosu quieren decir enamorada y enamorado, o amada y amado-, llama igual la atención en ambos textos la recurrencia a divinidades y cielos y ángeles, a la creación y a la belleza y los esplendores de la tierra y el cielo y una pasión tan pura y elevada, tanto bien y amor. Es verdad, por otra parte, que el amado es allí amado más que Dios
coro, Diosu, amadu prus de Deu.Pero es verdad también que ése es un tópico por varias centurias más antiguo que el romanticismo que impregna el poema.
En fin: il Mare..., ah, l'Italia y ese comunismo itálico... (No puedo no recordar ahora que Gramsci era sardo también...)
Y disculpe el desvío, que usted andaba de parranda y no quiero distraerlo con esas cosas.
La canción se canta como Non potho reposare, habitualmente. Y creo que bastan tres versiones para explicar la condescendencia del sardo que encontró usted por la calle, cuando andaba buscando con qué dar serenata en Sardinia, y todo eso…
Una pertenece a Maria Carta y creo que es de las mejores que encontré.
Otra versión, muy pero muy famosa y diría casi en toda Italia, es la que hace Andrea Parodi, ya muerto y muy llorado en la isla, en este caso acompañado por el guitarrista Al Di Meola. Parodi canta una versión distinta. Aparece una estrofa de A Diosu
Non potho biver, no, sentz'amargura,y desaparece la última de A Diosa.
luntanu dae tene, amadu coro.
A nudda valet sa bella natura
si no est accurtzu a su caru tesoro,
pro mi dare cossolu, hare recreu
coro, Diosu, amadu prus de Deu.
Para terminar aquí y no fatigarlo a usted con algunas de las otras centenas de versiones, elegí casi al azar a uno de los muchos coros que hay por todas partes en Sardegna: el Barbagia de Nuoro. En este caso, fíjese, el coro canta una estrofa que no está en ninguno de los dos poemas de Don Badore. Vaya uno a saber...
¿Qué? ¿Cómo dice? ¿Cómo que usted no piensa dar serenata a nadie...? ¿Cómo que no tiene por qué ni tiene a quién ni tiene ganas si tuviera a quien ni tiene ganas siquiera de tener a quién? ¿Cómo que usted no está para estas pamplinas?
Pero, ¿usted es pavo? ¿Ahora me lo dice, botarate?
Con el trabajo que me tomé…
Está dicho: Non potho reposare…