Ser apenas el pie y no la huella,seguir la traza que dejó ese pasonuevo: bifurcación y otro destino,la nueva dirección, el dulce pórtico...Ser un día del todo gobernado,obediente a ese mando que obedecea nuestro corazón en sinfoníay nos sirve a la vez que nos gobierna.Ser casa nueva y ser el habitantede un universo cálido y sabrosodonde las manos tientan la mirada.Ser todo piel y espíritu que, etéreo,se impregna sin estruendos ni murmullosde una felicidad desconocida.