sábado, 20 de abril de 2024

Sobre un amor lejano





Esto que se ve aquí es un manuscrito probablemente padovano o veneciano y de mediados del siglo XIII. Retrata la historia de Jaufré Rudel y Hodierna de Trípoli. De esa historia se siguieron innumerables otras de trovadores occitanos y toda suerte de poetas –Dante Alighieri y Petrarca son apenas dos más–, incluso hasta casi el presente.

La historia de Jaufré Rudel y Hodierna de Trípoli es casi seguramente más leyenda lírica que historia real, aunque su influencia fue enorme.

De la vida de Rudel se sabe bien poco. Señor y príncipe de Blaye, en la Aquitania francesa, fue a la Segunda Cruzada con Luis VII, en 1147, de la que al parecer no volvió. Caballero, príncipe, guerrero, hombre político y trovador además, en tiempos en que no había más diferencia social entre los trovadores que el talento. Por lo demás, sólo se conservan 7 de sus cansons.

En los Cancioneros occitanos de los trovadores, antes del poema solía agregarse una Vida, especie de resumen biográfico. Antes de su poema más famoso, que es este Lanquan li jorn son lonc en mai, hay esta Vida:

Jaufré Rudel de Blaya fue muy gentil hombre, príncipe de Blaya. Y se enamoró de la condesa de Trípoli, sin verla, por el bien que oyó decir de ella a los peregrinos que volvían de Antioquía. E hizo de ella muchos versos con buen son y pobres palabras. Y deseando verla se hizo cruzado y se embarcó, y cayó enfermo en la nave y fue conducido a Trípoli, a un albergue, dado por muerto. Ello se hizo saber a la condesa, y fue a él, a su lecho, y lo tomó entre sus brazos. Y cuando él supo que era la condesa, al punto recobró el oído y el aliento, y alabó a Dios porque le había mantenido la vida hasta verla; y así murió entre sus brazos. Y ella lo hizo enterrar con gran honor en la casa del Temple; y después, aquel mismo día, se hizo monja por el dolor que tuvo por la muerte de él.

Un’amor de lonh en occitano es lo que los franceses dicen un amour de loin y nosotros un amor de lejos, un amor lejano, un amor a la distancia, dando a entender la separación entre quien ama y la amada, a la distancia, que no tiene que ser espacialmente gran cosa, como en el caso de la Beatrice de Dante o la Laura de Petrarca. A la vez, la expresión significa que el amante no requiere nada de la amada, aunque lamente la lejanía. Y cuando se dice nada quiere decir absolutamente nada. Nada físico pero tampoco afectivo o espiritual. El servicio del amante, así entendido, es total. Y esa idea lírica vivirá unos cuantos siglos.

En los libros de historia, como dije, hay poco o nada de Rudel. Sí hay de Hodierna de Trípoli, mujer brava si las hubo (dénse una vuelta por su biografía y verán...). 

Por otra parte, la lírica occitana de Rudel es bastante críptica, razón por la cual de sus 7 canciones no se saca mucho en limpio respecto de los días de vida.

Pero allí está un'amor de lohn. Y allí se queda.




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La letra de la canción en occitano dice:

Lanquan li jorn son lonc en mai
m’es belhs dous chans d’auzelhs de lonh,
e quan me sui partitz de lai
remembra·m d’un’amor de lonh:
vau de talan embroncx e clis,
si que chans ni flors d’albespis
no·m platz plus que l’iverns gelatz.

Ja mais d’amor no·m jauzirai
si no·m jau d’est’amor de lonh:
que gensor ni melhor non sai
ves nulha part, ni pres ni lonh.
Tant es sos pretz verais e fis
que lai el reng dels sarrazis
fos ieu per lieis chaitius clamatz!

Iratz e jauzens m’en partrai,
s’ieu ja la vei l’amor de lonh;
mas no sai quoras la veirai,
car trop son nostras terras lonh:
assatz i a pas e camis,
e per aisso no·n sui devis…
Mas tot sia cum a Dieu platz!

Be·m parra jois quan li querrai,
per amor Dieu, l’alberc de lonh:

e, s’a lieis platz, alberguarai
pres de lieis, si be·m sui de lonh.
Adoncs parra·l parlamens fis
quan drutz lonhdas er tan vezis
qu’ab cortes ginh jauzis solatz.

Ben tenc lo Senhor per verai
per qu’ieu veirai l’amor de lonh;
mas per un ben que m’en eschai
n’ai dos mals, quar tan m’es de lonh.
Ai! car me fos lai pelegris,
si que mos fustz e mos tapis
fos pels sieus belhs huelhs remiratz!

Dieus, que fetz tot quant ve ni vai
e formet sest’amor de lonh,
mi don poder, que cor ieu n’ai,
qu’ieu veia sest’amor de lonh,
veraiamen, en tals aizis,
si que la cambra e·l jardis
mi resembles totz temps palatz!

Ver ditz qui m’apella lechai
ni deziron d’amor de lonh,
car nulhs autres jois tan no·m plai
cum jauzimens d’amor de lonh.

Mas so qu’ieu vuelh m’es atahis,
qu’enaissi·m fadet mos pairis
qu’ieu ames e non fos amatz.

Mas so qu’ieu vuelh m’es atahis.
Totz sia mauditz lo pairis
que·m fadet qu’ieu non fos amatz!

Y una especie de traducción (que no esquiva los pasajes más misteriosos) diría algo así:

Durante mayo, cuando los días son largos,
admiro el canto de los pájaros desde lejos; 
y cuando me haya ido de allí, 
recordaré un amor lejano.
Voy con el ceño fruncido, con la cabeza gacha, 
tanto que canciones y flores de espino 
no me son mejores que el invierno helado.
 
Confío en la justicia del Señor
al haber hecho existir este amor lejano,
pero por cada consuelo que logro 
tengo dos males porque estoy muy lejos. 
¡Ah! ¿Por qué no fui allí como peregrino?
 Para que contemplara con sus hermosos ojos 
mi bastón y mi manto con capucha.
Sin duda sentiré alegría cuando le pregunte si, 
por el amor de Dios, pudiera ser hospedado;
y, si a ella le gusta, me alojaré
cerca de ella, aunque vengo de lejos. 
La conversación es tan agradable 
cuando el amante lejano está tan cerca,
que anhelaría ser recibido con buenas intenciones.

Triste y dolorido partiré
si no veo este amor lejano.
No sé cuándo la veré, 
tan lejos están nuestros países. 
Tantas son las cruces y los caminos
que no puedo decirlo. 
Pero sea todo como a ella le gusta.

Nunca disfrutaré del amor 
a menos que disfrute de este amor lejano, 
ya que no conozco uno mejor y más digno
en cualquier lugar, cerca o lejos.
Tan abundantes y soberanos son sus méritos
que allá abajo, en el reino de los sarracenos,
ojalá estuviera esclavizado por ella.
 
Dios, el que creó todo lo que va y viene
y dio forma a este amor lejano, 
dame fuerzas, que ya tengo la intención, 
para que vea este amor de lejos
en realidad y en un lugar apropiado,
para que habitaciones y jardines
me parezcan nuevos palacios.
 
Es verdadero quien me llama codicioso 
y añorando un amor lejano, 
ya que ninguna otra alegría me agrada tanto
como disfrutar de un amor lejano.

Pero lo que quiero me lo niegan, 
y desde que mi padrino lo hizo así 
amo y no soy amado. 

Pero lo que quiero me lo niegan.
¡Maldito sea mi padrino
que ha hecho que no sea amado!