lunes, 29 de abril de 2024

Preguntas perras para un clon (en el día del animal)






Hacía unas semanas que llevaba la hojita en el bolsillo y la miraba a cada rato, como hacen otros con el celular, es decir, como un hábito sin finalidad, sin necesidad.

Pero tenía que mirarla y repasarla continuamente, porque me imaginé medio empecinado que, en cualquier momento y de pronto, me iba a encontrar frente a frente con él y, si pasaba, quería ser espontáneo y fluido, no tartamudear, no titubear.

Y pasó que apareció.

Como lo andaba buscando por esos lados, supongo que era cerca del Puerto de Olivos (no soy de la zona...), al menos se veía allí enfrente una marina, un muellecito. Hay un banco de piedra en una especie de triángulo que es como una placita. Bien verde, cuidada. Me senté (había caminado desde el mediodía) y miré un rato el río, había viento, estaba agitada el agua.

Vino desde unos árboles, del otro lado de la calle que bordea la costa y creo que me miró, pero si fue así, me miró con gesto de estar sabiendo que me estaba mirando. A trancos desmañados y parsimoniosos llegó hasta el banco. Se quedó ahí y miró al río con displicencia, como estólidamente y bastante tiempo, como si yo no estuviera. Miró después para el costado, con disgusto diría, si no fuera porque su gesto parece siempre un gesto de cansancio de vivir y de disgusto melancólico.

Finalmente, me ignoró. Se había sentado sobre sus patas traseras y estuvo así, al lado del banco, durante unos tres o cuatro minutos. Era enorme: una mole.

De repente, siempre mirando al río, emitió un sonido breve, ronco y cavernoso pero no desagradable, y a mí me pareció que eran palabras:

– Usted quiere hablar conmigo, ¿no?

Ahora creo que contesté automáticamente, sin sorpresa ni susto, y sin pensar en que había hablado un perro, como si hubiéramos estado en medio de una conversación.

– Bueno..., sí, porque en realidad tengo varias...

– ¿De qué quiere hablar?, dijo ahora claramente y sin mirarme.

Me aturdí. Mi mano acariciaba la hojita que tenía en el bolsillo, como Bilbo acariciaba el Anillo. Pero, en mi caso, quería que las palabras, que tenía escritas allí a doble faz y con letra chiquita para que cupieran, lejos de desaparecer, se materializaran mágicamente sin tener siquiera que pronunciarlas. Por fin me sentía un poco extraño ... ¡hablando con un perro! Me dio un poco de vergüenza la fantasía de encontrarlo para hablar con él, con quien había creído que sería el sujeto indicado (casi dijo la persona...) para tratar algunos asuntos y hacerle algunas cuantas preguntas. Después de todo, tal vez un "mastiff" –pero no cualquier mastiff– podría contestarlas mejor que otros.

La mano finalmente salió del bolsillo y sosteniendo la hojita. Se la ofrecí, pero dio vuelta la cara y miró hacia el río otra vez. Una nube tapó de repente el sol y sentí un chucho breve: el viento hacía su trabajo. No sé por qué, pensé que lo mejor era dejar la hojita donde pudiera verla, y eso hice: sobre el pasto, y busqué una rama y algunas piedritas para sujetar los bordes y que el viento no la volara.

Bajó los ojos en cuanto retiré la mano. Miró largamente lo que estaba escrito, se echó con movimientos torpes, casi apoyó la cabeza enorme sobre sus manos estiradas. Y, por el gesto, creo que se puso a leer.


*  *  *


- ¿No le suena payasesco a Javier Milei (o a Santiago Caputo, a Posse o Berti Bnegas o hasta a Karina, misma...) eso de abusar de los gritos, furias, pataleos, imitaciones que quieren ser cancheras o graciosas, denigraciones y puteadas, imitando el estilo bravucón, sobrador y pendenciero de Nicolás Maduro o Donald Trump, o de Hugo Chávez, o de Jair Bolsonaro o de Cristina Fernández de Kirchner?
- Lo de imitar a sus enemigos, ¿lo tomó de alguien? ¿Se inspiró en Fátima Flores?
- ¿Karina Milei es una especie de Rasputín, de Zanini o de Imelda Marcos? ¿Es como el Marcos Peña de Macri, el López Rega de Isabel y Perón?
- ¿Javier Milei tiene alguna idea de qué significa realmente Israel en la historia de la humanidad (y de la Iglesia, y en el Plan de Dios)? ¿Se lo enseñaron en el Cardenal Copello alguna vez en las clases de Historia o en las horas de Catequesis (porque deberían, a no ser que ése sea como la casi totalidad de los colegios católicos, que de eso no quieren ni hablar ni sabrían qué decir..., como la mayoría de los obispos y sacerdotes y hasta de...)? ¿Sabe realmente qué piensa y siente Israel sobre el papel de Israel en la historia, más allá de los juegos mundanos, bélicos, geopolíticos, económicos?
- ¿Realmente entiende la diferencia entre ideas, palabras y hechos?
- ¿Es consciente de que sus intenciones no son necesariamente buenas por el mero hecho de ser suyas, como creen Gustavo Béliz, por ejemplo, o Elisa Carrió, y algunos otros?
- ¿De veras piensa que con no ser zurdo ya está? ¿Cree que –además de zurdos, kirchneristas, corruptos, cobardes, cloacas, traidores, ratas...– hay otros que creen que lo que dice y lo que hace está mal o que lo dice y lo hace por malas razones, y no son zurdos, kirchneristas, corruptos, cobardes, cloacas, traidores, ratas...? 
- ¿De veras piensa que en la universidad o en las instituciones educativas públicas estatales sólo los zurdos, los peronistas o los radicales o la izquierda en general, adoctrinan? 
- ¿Tiene alguna razón para creer que la historia oficial que enseña el liberalismo no es adoctrinamiento?
- ¿Alguna vez leyó la nómina de profesores, los programas y la bibliografía en los institutos donde se forman aspirantes, cadetes, suboficiales, oficiales, y toda clase y grado de miembros de las fuerzas armadas o de seguridad?
- ¿Sabe qué significa la frase que dice que el diario "La Nación será una tribuna de doctrina"? ¿Y la frase que dice "Crónica: firme junto al pueblo"?
- ¿Sabe qué son los medios de comunicación y las redes? ¿Cuando nacieron y para qué se crearon y qué papel e influencia ideológica tienen en la sociedades? ¿Sabe que los medios y las redes nacionales o globales negocian con los que tienen algún poder y los que tienen algún poder negocian con ellos, todo el tiempo, abierta o espúriamente, aunque se agarren (o parezca que se agarran) a las piñas de tanto en tanto?
- ¿Sabe algo de la historia de la educación en la Argentina? ¿Sabe realmente algo de la historia de la Argentina, además de lo que Bertie Tiburcio Benegas Lynch le haya contado?
- ¿Alguna vez leyó la currícula educativa oficial de los ministerios de educación del país? ¿Sabe si (no ya sólo la universidad) no es el estado entero mismo el que adoctrina, por lo pronto desde la educación, pero también desde los discursos de las autoridades, el contenido de las leyes, las fijación de cuáles deben ser las fechas patrias, quién debe estar en la moneda oficial, la elección y exhibición de paradigmas históricos, tanto como con todas las disposiciones oficiales que plasman un paradigma de sociedad, hasta con los nombres de las calles, plazas o edificios públicos y etc.?
- ¿Es consciente de que adoctrina a menores de edad, y en un instituto educativo, cuando repite en su alocución-clase "Viva la libertad, carajo" (aparte de todo lo demás que dijo al inaugurar el año en su ex colegio católico –y sin que ninguna autoridad del instituto le dijera ni mu...–?
- ¿Sabe que "le va bien" (o que todavía no se le incendia el país) porque enfrente tiene a nadie o a casi nadie y que los que tiene enfrente y tienen algún poder –además de estar todos peleados entre ellos y discutiendo poder y plata– están negociando con él (y él con ellos) impunidad, un pedazo de poder o guita?
- ¿Sabe que el congreso (liberal) pedagógico nacional de 1882 impuso la educación laica y gratuita y que eso y más cosas dentro de la ley y lo que siguió por esa ley era adoctrinamiento? ¿No le importa tanto o nada porque el adoctrinamiento era liberal?
- ¿Viajó en colectivo por los arrabales del AMBA alguna vez en los últimos años (y meses), caminó por las calles del AMBA profundo?
- ¿Tiene alguna idea de por qué los más apaleados por sus medidas contradictorias, ambivalentes, crueles y alucinadas no lo putean por la calle? ¿Cree que están conformes, felices, resignados, abatidos, anestesiados, entusiasmados? ¿Cree que los hombres de a pie tienen claro lo que sienten, si tienen ganas de ser pobres, si no saben qué hacer y prefieren esperar a ver si acierta y les cae un mango más en el bolsillo para ir tirando o si esperan que por ahí viene alguien que lo eche a patadas, aunque por ahora no se ve a nadie que quiera o pueda ocupar el cargo y entonces se quedan en el molde?
- ¿Cree de veras que el choreo y la corrupción nunca podrían ser liberales, ni provenir del mercado, ni de sus amigos, ni de empresarios que se ponen el uniforme libertario o anarcocapitalista como Marcos Galperin o Elon Musk u otros? ¿Piensa que Karina Milei jamás cometería ningún acto corrupto? ¿Está seguro de que no cometió él mismo ningún acto que lo vuelva un hombre mentiroso o corrupto?
- ¿Sabe quiénes son realmente los peores enemigos del hombre en este mundo y en la historia de este mundo? ¿Sabe por qué?
- ¿Además de las naderías y fraslafras de la oratoria efectista, tiene alguna descripción detallada y precisa, inamovible, de qué significa "gente de bien"? ¿Podría dar una lista completa de los personajes públicos que sean "gente de bien" o que promueva, elogie, lo sigan o lo acompañen en el gobierno por ser "argentinos de bien"?
- ¿Con qué parámetros mide quiénes son buenos o 
quiénes son malos en el catolicismo o quiénes son buenos o quiénes son malos cristianos?
- ¿Se da cuenta de que Esteban Trebucq es, no ya un gran periodista, sino apenas un periodista discreto y bastante torpe? ¿Es amigo íntimo de Javier Milei, es su empleado, se dedicada a trabajar en los medios en nombre de su gestión, es "gente de bien", es su propio Roberto Navarro o su Víctor Hugo Morales, es un soldado de Alberdi...? ¿Qué es realmente, y eso sólo por mencionar un representante de los medios-cloaca, más allá de su calidad, que vive para amarlo y entenderlo, justificarlo y elogiarlo, como hacen otros Trebucq con otros que no son Javier Milei?
- ¿Por qué parece que piensa –sin decirlo claramente– que la Argentina es un país de cuarta (no sólo por la casta, los medios, los que lo critican, los que piensan que es un adolescente medio chiflado...)? ¿Por qué todas las cosas "grandes" que se le ocurren en todo ámbito para la "grandeza" de la Argentina van en la misma dirección: dar todo lo más que pueda de lo que tiene, sin esperar a cambio nada, salvo el permiso para seguir existiendo hasta que se le acabe todo lo que tiene?
- ¿Podría hacer una lista por orden de importancia de los 30 asuntos capitales en la batalla cultural que dice estar librando? ¿Podría enumerar debajo, de cada asunto, las medidas que ha tomado en favor de esos asuntos que le importan en la batalla cultural que dice estar librando? ¿Podría explicar cuál fue su estrategia para librar esa batalla por cada uno de esos asuntos?
- ¿De veras cree que la gente en general entiende a qué se refiere él y a qué se refieren los que hablan por él cuando hablan de "batalla cultural"?
- ¿Hay alguna novedad acerca de qué representa, para quién trabaja y qué hace en realidad Victoria Villarruel en el gobierno y por el gobierno (lo pregunté varias veces, pero no tengo respuestas todavía...)?
- ¿Por qué deja que los precios de todas las cosas anden como locos sueltos por la calle y encierra en el Borda a los salarios, poniéndoles chaleco de fuerza a (algunas de) las paritarias? ¿No le es raro que los impuestos y las medidas para favorecer ciertos negocios vayan y vengan, suban y bajen, según con quién negocia quién sabe qué, o que aparezcan de repente cuando se le da la gana o cuando hace agua con las recaudaciones, mientras que los salarios sí tengan un control policial como de la KGB?
- ¿Existe realmente Conan? ¿Existen los demás clones? ¿Cuántos son en realidad, si existen? Y si no existen, ¿por qué habla de algo que no existe como si existiera?
- Si con tanta convicción  y entusiasmo habla de perros como si fueran personas y como si fueran sus hijos, ¿también vale la inversa? Si no distingue entre perros y personas o hijos, ¿es por eso que trata a las personas como si fueran perros? ¿O, por mejor decir, trata mejor a los perros que a las personas?
- ¿Tiene algún concepto de familia que defender en su batalla cultural? ¿Puede ponerse como ejemplo de eso? ¿Y de persona? ¿Y de las relaciones humanas, además de las que se generan en los términos del mercado? ¿Y del fin del hombre? ¿Y de la trascendencia? ¿Y del trato con las mujeres? ¿Y del trato con los demás?
- ¿Alguien le avisó que en la Argentina los desmanes de los liberales (libertarios o anarcocapitalistas o lo que sea que sean), suelen ponerle la alfombra roja a "los rojos" o hacen que caiga el gobierno –y el poder–en los brazos del peronismo, que es el único que además de ganas tendría la voluntad, la osbesión y tres o cuatro ideas, que no muchas más y esas mismas a medio cocer?
- ¿Puede explicar por qué cree que los empresarios argentinos son "héroes" y mencionar 30 batallas gloriosas que hayan dado?
- ¿Sabe que entre los argentinos, los empresarios (dicho en general, porque seguro hay de todo...) tienen más bien mala fama y uno de los niveles más bajos de imagen positiva en las encuestas? ¿Javier Milei vio en ellos como emblema y paradigma algo que el 90 % de los argentinos no vio ni ve?
- ¿Es consciente de que los "héroes" de la empresa orejean las cartas y ven si hay algo bueno para ellos en lo que Javier Milei dice y hace; y si hay o no hay siempre hacen la jugada que más les sirve?
- ¿Por qué todos los días se entera uno de que la definición de quién es "casta" y quién no se mueve más que la Falla de San Andrés y se corre más rápido que el eje de la Tierra, y casi siempre por sus negocios políticos, o por quién lo contradice, o por su inflamación testicular?
- ¿Es alguna estrategia fina y astuta maldecir y putear a aquellos que son los mismos con los que se sienta a negociar lo que esté a mano y ante los que cede después de putearlos? ¿Es cinismo, nomás? ¿Es torpeza patoteril? ¿Es un efecto de algún impulso sado-masoquista? ¿Esa estrategia no le importa porque lo que le importa es otra cosa y eso es para la gilada?
- ¿Si el Estado no tiene que meterse, por qué se mete Javier Milei a decir qué sí, qué no, quién sí, quién no, con fuerza de ley (aunque no emboca mucho con las leyes que inventan él y sus "asesores"), ahora que es, precisamente, el Jefe de Estado?
- ¿Se da cuenta de que el Estado siempre se mete en todo, por izquierda o por derecha, explícita, implícita, clara u obscuramente, con derecho o sin él, justa o injustamente?
- ¿Se dio cuenta ya de que para hacer una revolución de lo que sea –municipal o global, es lo mismo– se necesita algo que él no tiene y que no se alquila?
- ¿Se dio cuenta, ahora desde el sillón que ocupa, que tener un Estado es mucho poder? ¿Por eso usa a los gritos, y sin ton ni son, el poder que le da ser el Estado, como L-Gante jugaría con una Uzi?
- ¿Llegó a darse cuenta de que eso es así, ahora que Javier Milei se mete en todo y con todos? ¿Se da cuenta de que reemplazó al Estado, que ahora no es tan tan execrable porque el Estado es Javier Milei (y que Karina Milei, aunque ahora sea el Estado, no puede ser mala porque él la quiere mucho...)?
- ¿Sabe de alguien que le verifique los números y las doctrinas que lanza como metralla de fanático? ¿Cree que las cifras, los datos, las doctrinas y apotegmas que escupe como en éxtasis, le son inverificables al 99,5% de la población del país? ¿Le importa? ¿Sabe lo que piensa de todo eso el 0,5% restante? ¿Le importa?
- Si una de las consignas de Javier Milei es hacer al Estado no sólo mínimo sino más profesional y eficiente, con empleados verdaderamente idóneos, capacitados, ¿por qué en un poder del Estado como el Legislativo hay diputados como Lilia Lemoine (entre otros nombres) representando a su sector político?
- ¿Es consciente de que el peronismo hace lo mismo que los empresarios y que tiene sus propios planes y su propia lista de compras?
- ¿Es consciente de que el kirchnerismo, esa floración siempre latente del peronismo, es capaz de hacerse budista, ateo o judío ortodoxo si hace falta para sacar las ventajas que le convienen o las que necesita para volver al poder, como kirchnerismo, como peronismo, o como lo que sea?
- ¿De veras pretende hacer creer que la postulación de Ariel Lijo es debido a sus méritos jurídicos y no a un negocio con una parte del peronismo, para un presunto "beneficio" mutuo, o de algunos?
- ¿Es consciente de que no tiene nada pensado eficaz para enfrentar, en todos los órdenes, al entero y poderoso mundo del narcotráfico? ¿Le preocupa que Patricia Bullrich sea en realidad un tigre de cartón y un mono con navaja? ¿O le cae simpática por eso?
- ¿De veras cree Javier Milei que sus ideas salvarán al mundo mundial?
- ¿De veras cree que es un líder planetario y que tiene destinado un papel redentor en la historia de los pueblos del planeta, tomado del brazo de eso que llaman las derechas, y de Israel, y de los empresarios, y Meloni, y Bukele, y VOX, y Trump, y Bolsonaro y... Karina ?
- ¿Realmente cree que es siquiera un actor principal de un nuevo orden mundial de estas raras derechas empoderadas? ¿No se le ocurre que más bien es comparsa de un circo que es de veras el patrón y que no está en el Río de la Plata, precisamente? 
- ¿No le queda un poco grande el planeta?
- ¿Podría contestar francamente para quién trabaja, si uno se lo preguntara de repente sin el más mínimo ánimo conspirativo? ¿Lo sabrá? ¿Le importará? 
- ¿Lo sabe usted? ¿Le importa a usted?


*   *   *


La hojita a doble faz, concedo, no tenía un orden y las materias eran heterógeneas, en cierto sentido. Eran ideas que iban apareciendo y que iba escribiendo cuando aparecían, tomando mate al alba, en el colectivo, en la fila para pagar la luz, con las plantas del jardín, y así.

Pero algo más: uno de esos chaparrones de estos tiempos, me había empapado en plena calle, unos días atrás. Una parte de la hojita estaba "lavada" y apenas si se entendía lo que estaba escrito. Peor todavía: no era una sola hojita, eran dos, las dos de doble faz: la segunda sufrió completamente el agua. Una precaución algo maniática me había hecho escribir cada noche en otra hojita, que quedó en la casa, lo mismo que llevaba en el bolsillo a diario. De modo que tenía back up. Pero, lástima: sólo de la primera hojita porque no llegué a resguardar la segunda, aunque me acuerdo bastante de lo que tenía la otra arruinada y eran muchas más cosas. 

Pero, ¿me servirá de algo? ¿Volveré a cruzarme con él o con cualquier otro como él? ¿Contestará siquiera?

Como vaya a ser, la hojita se la llevó entre las fauces. Quedó como la dejé, en el pasto, y la recogió corriendo la rama y las piedritas con el hocico después de leerla (de los dos lados, yo mismo se la di vuelta), muy detenida e impávidamente. Sé perfectamente que son muchas preguntas y muchos asuntos, y que contestar eso podría llevar más de una reunión con él.

El caso es que, cuando terminó, volvió a sentarse y a mirar al río que se había aquietado. Estuvo así bastante tiempo, cada tanto sacaba la lengua, se relamía extrañamente y la dejaba colgando con algo de baba. Parecía cada tanto que llegaba como un jadeo grave desde su bocota inmensa. De pronto, dio vuelta su enorme cabezota. Me miró con ese gesto siempre extraño, como de disgusto y cansancio de vivir. Se paró (es realmente un animal enorme), tomó la hojita como dije y al final encaró otra vez para los árboles que estaban a mi espalda, que era de donde había salido.

Cuando desapareció, me quedé un rato mirando en esa dirección, para ver si volvía. 

No había dicho ni un mísero ladrido, absolutamente nada. Su mirada fue significativa sí, pero completamente muda. Y desvaída. Y críptica.

El banco de piedra se había puesto frío. El viento volvía a soplar y venía húmedo del río. Me cerré la campera, levanté el cuello y puse las manos en los bolsillos. 

Miré atardecer y oscurecerse de a poco el agua. Casi no quedaba gente.

Volví a mirar hacia los árboles. Nada. 

Y cuando quedaba muy poca luz en el cielo, y algo de luz en los faroles, arranqué para subir la cuesta de la calle, para ver si, preguntando, llegaba a Maipú a tomarme un colectivo que me dejara en otro colectivo para ver de ir volviendo a casa.