sábado, 22 de octubre de 2022

Sur que me llama


Fue tuyo el viento azul y no me herías.
Trazo de sal, tu nombre no me hiriera
esa noche en la costa marinera
cuando lo pronuncié mientras dormías.

Sur que me llamas, tú, cielo en espera,
sol de mi abrigo en luz que me decías
hebras de amor sin tiempo y alegrías,
para enhebrarme en ti cuando quisiera.

Sombra del ala tibia es tu cintura,
torcaza de algodón, flor encarnada, 
lirio de plata y trigo tu figura.

Toda en añil de mar fulge anidada
en mi pecho tu voz, si me conjura
y al sur de ti me llama, enamorada.