miércoles, 19 de agosto de 2015

Hoy


Anduve por las calles de otros pasos,
peregrino y anónimo, extranjero
de otro tiempo, otra tierra, otros amores,
intruso en los rescoldos de otra historia.
En las horas de viento de este día,
fue ajeno el cielo, el sol; su luz fue ajena;
hasta el invierno, un nombre en lengua extraña,
esparcido a distancias de milenios,
fue oculto y silencioso como el frío.

Abrigado de instantes, diminuto,

anduve tras las huellas de otras huellas.
Fui con una alegría imperceptible,
hebra por hebra pura, quieta, alada,
dueña del aire, tibia como un ángel.