domingo, 21 de enero de 2007

Musica, musicante...

Así es la vac(g)anza.

Poco que hacer, mucho tiempo para hacerlo y 'bien pagado' (no, no siempre es plata: hay sorpresas módicas y pequeños gozos...)

Por ejemplo, la música. Nomás comienza uno y ya saltan las liebres aquí y allá.

Ahora bien: si están muuuy ocupados a esta altura de enero, desistan ya mismo. Esto es para 'perder tiempo'.

Y más: los que tengan algo contra Italia, la bella, abstenerse de plano.

Entonces, como decía, fui detrás de Ennio Morricone y me topé con una serie de conciertos que ha dado con su música para películas que ya había visto en fragmentos.

Encontré ahora primero El oboe del padre Gabriel, aquel de La Misión, en un concierto en Munich, en el 2005. De allí, pasé a un compilado de imágenes de Cinema Paradiso con el tema de la película, claro, que venía del mismo concierto. No pude con la tentación...

Y como de tentaciones se trataba si bien se ve (y aunque la película no me gustó nada y coincidimos con un amigo en que lo mejor son los paseos por Lisboa de Marcello Mastroiani), no pude no seguir con el tema de Sostiene Pereira -A brisa do coração- cantado por Dulce Pontes en el concierto de Roma en 1998; dicen que por allí cantó precisamente con Angelo Branduardi.

Y dos rarezas, a propósito.

La primera es del mismo Angelo Branduardi que interpreta un 'brano' de Uccellacci e Uccellini, que en la película de Passolini del mismo nombre cantó Domenico Modugno. Branduardi canta también Ricordare, que 'hiciera' originalmente ni más ni menos que Gérard Depardieu en Una pura formalità de Tornatore. Y todo esto estaba en otro concierto que Morricone dio en Varsovia.

Como 'yapa' una música compuesta para un manga de la afamada serie de Saint Seiya de Masami Kurumada. ¡Qué tal! (*)

Claro que, si estamos hablando de Italia y de Modugno, Il vecchio frak tiene que estar.

Los gustos hay que dárselos en vida...

Quedan unos días de holganza. Así que, mientras nos sumimos en meditaciones y lecturas y remembranzas y aporías, sigamos laborando: ¡Música, maestro...!

---------
(*) "¿¡Qué tal!?", no, mire: hagamos unos retoques aquí... Un afilado niponólogo me amonesta por haber puesto 'manga' (gráfico) en vez de 'animé' (animación). Son buenas. Me observan también que puede no haber sido de Morricone para el 'animé' de marras la música que 'enyapé'. Son buenas, anche. Ahora bien, ¿quiere que le diga una cosa? Quedémonos con la música. Pero, ¿y el animé? Bueno..., vea..., quedémonos con la música por esta vez, ¿me entiende?