martes, 30 de mayo de 2017

Voz de lis


Cuando tramó tu voz, Francia quería
que el ángel que custodia la mañana
incendiara de sol los horizontes
y en el aire alumbrara la inocencia.
Hacia el oriente, tumultuoso y cálido,
el mar a tu murmullo se apacigua.
Hacia el norte de ti, una estrella esplende.
El oeste se inclina. Al sur, desierto.
Yo, sin saberlo, fui solo un testigo
del canto bautismal con que naciste:
y vi la flor brotar pura en tu boca.
Y ya no canto sino con tu canto
porque tu voz de lis entona el mundo
y el sol y el ángel arden en mis centros.