sábado, 20 de mayo de 2017

Otoño que ama


Por una cordillera de dulzura
nace una altura y baja en flor luciente,
y el otoño que ama lo presiente:
vientos de amor agitan la espesura.
Espesura sin sombra en la lisura
sonriente de una mano que sonriente
acaricia, y deshace confidente
toda una noche fría y su negrura. 
Hojas felices van por la cintura
del mundo, que el otoño que ama siente
como si fuera amor que, en flecha ardiente,
hiere su piel de otoño y su estatura.
Humo de un fuego nuevo y nunca ausente;
llama que en soledad y en hermosura
canta en la niebla y con la voz segura
por el otoño que ama, nuevamente.