lunes, 5 de septiembre de 2005

La mona Chita tal vez no llegue a gran maestre

Si Nature dice que es así, Clarín o cualquier Clarín de acá o de cualquier parte del mundo, dirá lo mismo.

Busque el que quiera, por ejemplo, en The Times de esa fecha y allí estará.

Ahora bien, cuando se lee con atención se ve que hay una pregunta flotando, molesta, perturbadora: ¿qué diantres es lo que hace que los humanos seamos humanos y no monos?

¿Saben hasta dónde llegaron? Hasta esto: entre las ratas, los cerdos y los monos hay similitudes y diferencias genéticas. Y entre todos ellos entre ellos y por separado con el el hombre, también. Y entre el hombre y el chimpancé hay diferencias que no se sabe cómo explicar.

No parece un mal principio. Si tuviera algún final.

* * *

Y hablando de evoluciones y otras mímesis, mientras los sabios siguen enroscados en la cadena de ADN, echémosle una mirada a la promisoria masonería que crece y crece en la Argentina, incontinente y bullente de filantropía.

¡Atentos, sin amontonarse! Los que se apunten para asociarse, sepan que lo mejor es ser respetable y en lo posible -aunque la cosa viene peliaguda últimamente- no sean mujeres. Parece que una gran maestre con rouge, va a tener que esperar. Nada de sacerdotisas.

¡Qué firmeza doctrinaria, qué coraje, qué tradicionalismo!

Mirá vos qué tipos serios y consecuentes habían resultado ser estos libres y aceptados masones...