miércoles, 28 de agosto de 2024

El parto de los montes (II): Contubernio de roedores




«El hombre nunca será libre hasta que el último rey sea estrangulado con las entrañas del último sacerdote».

Hay bastante escrito sobre esta frase que muchos le asignan a Denis Diderot.

Pero hay quienes, raspando un poco más la olla, saben que Voltaire la rescató (y la usó también él) de las memorias de Jean Meslier, con el tiempo un influyente sacerdote dizque ateo o apóstata, que murió en 1729 al frente de la parroquia que había regido por casi 40 años, vaya uno a saber cómo justificaron eso los obispos que lo regían. Por lo que decía y escribió, odiaba con furia la religión y todo lo que de ella se sigue. También en relación con la política y las políticas sociales, asuntos que también le ocupaban escritos y hasta disputas públicas con la Iglesia y los nobles.

Porque Meslier era en varios sentidos –hasta casi opuestos– un protorevolucionario formado en la Ilustración y el racionalismo. 

Además de Diderot, también se hizo de la frase por ejemplo Alexander Pushkin, ateo también él y liberal revolucionario: «con las entrañas del último Papa, estrangularemos al último Zar», y aquí hay que recordar que el poeta vivía en una sociedad fuertemente arraigada en la Ortodoxia, de allí la mención del Papa. Sus poemas que aparecían velados para no ser castigado públicamente, como muchos de sus famosos cuentos, igual le valieron el exilio por unos 5 ó 6 años, no en Siberia, sino en... San Petersburgo, porque si bien molestaron con su insistencia a la Iglesia ortodoxa y al palacio, como era funcionario en la administración del zar, tuvo ese privilegio. 

Hay más anotados en esta lista de usuarios, que incluye a la izquierda. Marx apreciaba y leía a Meslier. Y tras la revolución rusa apareció su nombre, junto al de Espartaco y otros liberadores, en un memorial en la Plaza Roja que celebraba a los Héroes de la Libertad, según el paladar soviético.

La frase fue mutando y adaptándose a facciones y tendencias, pero el concepto permaneció. Y permanece, más o menos explícito.

Esa dialéctica de oposición a morir inundó la modernidad. Y así fue que creó flor de balurdo ideológico entre liberales y comunistas. Porque en esa hora, y en esa frase..., se hacen amigos, como en otras cosas.

Lean su vida y algunas de sus obras. Y verán si Meslier no sería hoy lo que llamaría un socialperonista liberal y teólogo ateo de la liberación del pueblo de la opresión de la casta.

¿Ven? Un verdadero balurdo. 

Y algo más, para terminar por ahora: las formas políticas que tienen en su ADN filamentos de la Ilustración y la Revolución Francesa, tienen una frecuente tendencia al despotismo, a la crueldad, a la "cancelación", a la "morte civile" y a otras formas curiosas de "libertad", democracia (liberal o "socialista") y bienestar del pueblo.

¿Pero entonces el peronismo también tiene genes iluministas o es chozno de la revolución francesa?

Es que no dije que todo despotismo, crueldad, "cancelación", "morte civile" y otras formas curiosas de "libertad", democracia (liberal o "socialista") y bienestar del pueblo, sean patrimonio exclusivo de iluministas y choznos de la revolución francesa. Mala lógica, compagni. Mala inferencia, mes amis.

Que algunos de determinada procedencia tengan frecuentemente esas "virtudes", no quiere decir que otros no puedan tenerlas también, aunque su procedencia no sea exactamente la misma.