lunes, 26 de diciembre de 2022

Chesterton, el chestertoniano


La neosecta conservadora –por allá y por aquí– viene insistiendo desde hace un tiempo en apropiarse sin sutileza de Gilbert Keith Chesterton.

De veras que no me importa nada que cualquiera sea chestertoniano. Au contraire, Chesterton es bueno y hace bien, y cuantos más beneficios repartan su persona y su obra, al mayor número, mejor para los beneficiados. Y para todos.

Conservadores de un modo u otro hay hace siglos. Pero ya desde hace bastante hay una neosecta conservadora. Y los entiendo, no crean que no.

Desde que Pedro, Santiago y Juan quisieron levantar una tienda en el Monte Tabor para quedarse ahí, los cristianos de tanto en tanto buscan algún refugio. Especialmente en el Tabor de este mundo bajo la órbita de la luna, claro.

Este conservadurismo que han descubierto desde hace un tiempo y que difunden y empujan sectariamente como la adecuada encarnación de la tradición y el cristiansimo, creo que no es sino otra tienda más en el Tabor.

Y así es como Chesterton es víctima de apropiación indebida, hija de otra apropiación indebida, de una sustitución.

Y los entiendo, no crean que no. Aunque...

Ser diverso entre contrarios, como lo es Chesterton, no es para cualquiera.

Un comunista o un conservador pueden ser todo lo chestertonianos que quieran y puedan y sepan.

Lo que un comunista o un conservador no deberían ser es ser deshonestos.


En este caso, particularmente, con Chesterton.

Porque un conservador o un comunista pueden ser chestertonianos. Pero eso no quiere decir que Chesterton sea conservador o comunista.

Es una proposición sencilla, lo sé.

Pero un sectario no está en las condiciones espirituales necesarias para ser honesto con las proposiciones sencillas.