jueves, 11 de julio de 2024

El principio, el árbol, el camino


I

Nombro el comienzo y veo un horizonte.
Allí, el amanecer. Y la mirada.
Allí el primer suspiro y el susurro
de torcazas celosas en sus nidos.

Está el principio en su hora de silencio.
Nace el rumor del aire y la araucaria
y un frío noble que enardece, aquieta, 
y vuelve a renacer, siempre a tu ritmo.

Allí en la altura empieza el firmamento
y esa solemnidad y esa ternura
con que llegas de donde no lo sé.

Un día nuevo. Un hoy que inauguraste,
que ya no tiene fin, siempre es comienzo
sin edad, sin reposo. Y me recibe.


II

Todo en tu árbol es nido
y es raíz y es corteza
con que abrigas mi día,
la noche, mi esperanza.

Raíz siempre es tu nombre
para nacer de ti. 
Para brotar de ti
me abrazo a tu madera.

Cómo será esta vida;
de este tronco, la rama;
de mi rama, tu flor.

De tu sur llega el bosque
que a su sombra me tiene:
Y a tu sombra es amor.


III

Ese es mi destino:
andar por la senda,
buscar tu vereda, 
hallar el camino.

Y eres mi camino.
Y por él navega
corazón que rema
siempre peregrino.

Y voy peregrino
que sueña que llega
soñando el camino.

Ese es mi destino:
que te conociera,
te hicieras camino.