martes, 16 de septiembre de 2014

Se equivocó la paloma (*)


Este Padre (lo dicen en Roma)
Es piadoso a la par que prudente
Es prudente como una paloma
Y es piadoso como una serpiente.


Estos versos (de los que hay otras versiones en otras partes y cuya inspiración viene del texto del evangelio) son más o menos conocidos y están en Las Parábolas de Cristo, de Leonardo Castellani.

Aparecen en medio del comentario a un pasaje del evangelio de san Mateo (X, 16) que dice: "He aquí que os envío como ovejas en medio de lobos. Sed pues prudentes como serpientes y simples como palomas. Y tened cuidado con los hombres".

En la edición vieja (Itinerarium, 1960), la Parábola de la paloma y la sierpe (44-45) está en las páginas 183-188. En la edición de Jauja (1994), en las páginas 174-178. Y en esta edición digital, entre las páginas 115 y 118.




Por lo pronto, y antes de hacer alguna consideración sobre el asunto, creo que conviene leer o releer estas páginas.

Y más diré: creo que es realmente útil y conveniente la lectura atenta del comentario tanto para palomas como para serpientes.

Y aun para palomas reptantes tanto como para serpientes palominas.

En cualquier caso, lo que sí le pido, cumpa, es que no se me apure con las conclusiones demasiado oportunas o partisanas. No haga como quienes leen no primero sino solamente lo que les interesa o lo que les viene bien para su pequeña fiesta privada o lo que les duele más.


Entonces, primero miramos. Y, a la vuelta (de un servidor), vemos.


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(*) Es así, nomás. Mientras estamos en este valle, las cosas están un poco enredadas y se cruzan unas con otras. Hablaba de palomas hace unos días por muy distintas razones (¿sí? no sé, no sé...) y me vinieron a buscar estos versos; y así como llegaron los versos, llegó el comentario de Castellani a esta parábola que digo; y con el comentario, esta entrada y lo que venga. Queda usted notificado, compadre.