jueves, 28 de marzo de 2019

Serrana


Pronto, en abril, la luna sosegada
y el día en llamas y el fragor del mundo
crepitando en los ojos y un profundo
rayo de miel que libo en tu mirada.
Para mi despertar, tu madrugada.
Para mi pan, tu resplandor de trigo.
Para mi viento, el aire de tu abrigo.
Para mi mano, el cielo de tu mano.
Para morir, tu corazón serrano.
Para mi soledad, vivir contigo.