A un paso la frontera, allí adelante.Siempre anhelantes, y calladamente,los pies y el corazón, manos y mente,pronto verán el hito emocionante.Será todo inquietud y, en el instanteen que nazca una vida diferente,habrá de serenarse nuestra frente,abrasados de luz, gozo mediante.Y toda antigüedad será flamante.Y no habrá pena para el penitente.Y manará la voz de clara fuente.En puerto al fin el alma navegante,amar no podrá ser sino inocente.Y lo que habremos nos será bastante.