viernes, 17 de mayo de 2024

Irte


Otro día y espero. Se parece
un día al otro día. Cada noche
es como la anterior. Sólo esas voces
que susurran la nada y que no quieren
nombrar la muerte fría por su nombre, 
como si el corazón no lo supiese.
Yo aquí esperando. Es noche. Y siempre, siempre 
diciéndote por ti tus oraciones...
¿Se apagará tu voz? Habrá la mía.
¿Tus ojos no me ven? Veré por ambos.
¿Tu vida no estará? ¿Tendré mi vida?
Y en esta soledad en la que estamos,
estás conmigo y lejos de mi vista
y con tu amor el mío se ha quedado.


 

domingo, 12 de mayo de 2024

Allí ahora


Sueño el paisaje adonde estás ahora.
Veo ese viento frío: arremolina
la luz en el ramaje, que ilumina
tu gracia azul y clara y me enamora.

Sueño tu paso y esa disciplina
de andar tu cerro en traje de pastora;
y sueño tu mirada veladora,
nostálgica y sonriente y vespertina.

Sueño ese sueño y otra vez lo sueño
para verte soñándome lejana,
en tu noche, tu tarde y tu mañana.

No tengo otro propósito y me empeño
en ser esto que soy y ser sureño
para soñarte siempre más cercana.


 

miércoles, 8 de mayo de 2024

Silencio de luna


Es mayo para mí, como si hubiera
un mayo entre tus manos diferente;
que es mayo en viento, de tu misma fuente
clara del aire, que en el aire espera.

Hay una luna que en tu lar quisiera
no fuese negra y de tu cielo ausente:
siquiera que alumbrara suavemente,
se hiciera noche tibia en ti, siquiera.

Esta luna en mi mayo es invisible.
Está en mi sur oscuro, ciego y frío.
Es todo luna sin la luna en ella.

Y el silencio de luna imperceptible,
que no luce en tu cielo ni en el mío,
oye mudo mi canto y mi querella.


 

sábado, 4 de mayo de 2024

Insistencia


Mujer, esta dolencia de tu altura,
y esta nostalgia de feroz ladera,
y esta distancia hasta tu primavera,
y este recuerdo blanco de la pura

soledad de tu cumbre en piedra dura,
y este gemir del aire que me espera,
y esta querencia que te quiere entera
y este tiempo de ausencia que tortura:

a cada paso y hora están presentes
y cada vez más hondo van hendiendo
este morir de ti que ya es la vida.

A cada instante claman impacientes:
insistiendo, mujer, siempre insistiendo
por tu regreso, desde tu partida.


 

viernes, 3 de mayo de 2024

Río


Las márgenes del tiempo, que es un río,
–una en verdor, un arenal enfrente–,
ven que boga mi vida en la corriente
y van mudando al paso del navío.

Carga mis horas y entretanto siente
que su timón es suyo, pero es mío;
que mi dolor es mío y, de repente,
ya no es dolor y es un amor bravío.

En cada costa, junto al agua, espera
un otoño que, vuelto primavera,
hace del lodo rosas. Y, en las rosas,

hace nacer la vida con que el lodo
al agua le da vida y, de ese modo,
alimenta de amor todas las cosas.