Día tras día llega tu presencia.
Agosto está en su gloria
de puro viento, a su sabor asido.
Y a su paso germina tu memoria
y el tiempo se silencia.
Voy a tu voz vencido.
Celebro mi derrota y tu victoria
sobre este corazón feliz y herido,
y acato tu sentencia
de amarte siempre, como penitencia.