sábado, 27 de junio de 2020

Hernández habla de amor


Está la vega verde y la majada
de requiebros que tengo, ya impacientes,
a tus pasturas va por que alimentes   
con ese pienso un hambre enamorada.
Triscan caricias, beben de las fuentes
de besos que en la hierba delicada,
semilla del ardor por ti sembrada,
estallan en relámpagos torrentes.
Por una peña voy, pastor extraño,
que silba a su rebaño y arrebaña,
flauta de caña en su sayal de paño.
Luz de mi prado, tierna en mi compaña,
soy la voz que rodea en tu aledaño,
soy el pastor del fruto de tu entraña.