lunes, 29 de junio de 2020

Fernández Moreno habla de amor


La tarde somnolienta me lleva hasta tu casa.
Camino la vereda de tilos y jazmines
y un carro se demora sonando sus trajines
y el ritmo de los cascos mi latido acompasa.
Como un adolescente, vigilo las esquinas
para ver si tu madre de repente aparece;
me fijo en las baldosas para que no tropiece
y voy hasta tu reja, que abrazan las glicinas.
Ya veo tu ventana y adivino malvones
que guardan los cristales desde donde me ves,
ya veo que tu mano me dice que te espere.
(¿Verás que me he lustrado los viejos zapatones?)
Y pienso, mientras miro las puntas de mis pies,
si sabrás que te espera ese que más te quiere.