jueves, 2 de marzo de 2023

Todo tu día




Hace algunos siglos que nació la tradición de encender una vela como un homenaje a quien cumple años y como la expresión del deseo de que sea feliz ese día y siempre. Con el tiempo, apareció la costumbre de encender tantas velas como años cumplía la persona.  

Pero, antiguamente, la vela era una (si acaso no más que dos) y se encendía al comenzar el día y sólo se apagaba cuando el día terminaba, con el rito adicional de que, al apagarse, el humo del pabilo pudiera elevarse, llevando a lo alto los deseos de la persona homenajeada.

Eso podía ocurrir sin torta ni pastel y hasta sin que la persona que cumplía años estuviera presente ese día. Pero, con la vela encendida, el cariño, el homenaje y los augurios sí estaban y no disminuían por la ausencia.

Mucho más atrás, en tiempos paganos, había un propósito religioso para encender luces ese día.

Ya. Suficiente. Que esta entrada no es para contar historias.


Es personal, es claro. 


Por eso una vela quedará encendida hoy, todo tu día.

Para desearte feliz cumpleaños.