sábado, 11 de marzo de 2023

Corazones rotos


A veces uno se lleva cosas raras de ciertas experiencias en ciertos lugares. 

Porque está lo fascinante del paisaje, enormidades casi vírgenes de cielo y mar, la tremenda y rica soledad, rica en matices y en historias, en fábulas, misterios. Todo el lugar es ir a otra parte: a "la" otra parte, igual a nada.

Pero está la gente. Las historias de las gentes. Los dolores de la gente. Las vidas estragadas, los amores, los odios, las alegrías agridulces, rencillas, celos, maldades, suspicacias, resentimientos, lo inconcluso, lo retomado a destiempo, lo irrealizable, lo irrealizado, la mentira, la tristeza, el no saber irse, el no poder irse.

Corazones rotos. Vidas rotas. Apenas hilvanadas de nuevo, apenas remendadas.

Y lo más notable: todo a lo largo y a lo ancho de aquella enormidad de cielo y mar y arena y campo, son apenas cuatro personas.

Si hubiera que elegir una sola de las 14 obras de misericordia, creo que "consolar al triste" es la que habría que sembrar allí.