Hay un gorrión que anida en mis adentrosque con migajas de dolor se basta.Chilla isócrono, agudo y entusiasta.Tirita en el invierno de mis centros.Hay otro nido y un halcón atentoque custodia los bordes de una llagacon su vista de fuego, hielo y daga,y una lágrima seca de alimento.Hay un rincón de torre y palomar,perpetuo en sus arrullos manantialesque se beben las penas en la aurora.Y hay un trino imposible de callar,puro en su acorde, mudo en sus señales,de una alondra invisible y trovadora.