Hablo d’aquel cativo
de quien tener se debe más cuidado,
que ’stá muriendo vivo,
al remo condenado,
en la concha de Venus amarrado.
Canción V
Ode ad florem Gnidi
Garcilaso de la Vega
La voz canta la lira
y el son tan triste que en el canto suena
de quien teme y suspira,
lamenta que la pena
sea verse libre ya de su cadena.
Ya no habrá cerca o lejos.
El espacio y el tiempo suspendidos,
engañan con reflejos
que burlan los sentidos
los recuerdos con niebla entretejidos.
El mar llora en la playa
mientras el cielo gime en el ocaso.
Y la lira desmaya
plañiendo su fracaso
de no poder penar con Garcilaso.