viernes, 31 de marzo de 2006

Graffiti


Los últimos tres sábados, tuve que ir a dar unas clases para un curso de ingreso a una universidad en La Plata.

En el frente, junto a la puerta principal, la que da al rectorado, estaba escrita en la pared esta frase, cuyo trazo trato de imitar.

A una altura de metro y ochenta centímetros, sobre el muro -salvo por esto- impoluto. Apenas notable: todo el graffiti ocupa unos 20 centímetros a lo ancho y menos de 10 a lo alto. Imperceptible.

Más bien masculino que femenino el trazo original. Escrito con un marcador a fibra, negro. Adolescente o bastante joven.

Pues, sí, mi estimado joven: yo también esperaría eso. Si supiera qué es lo que quiere usted que se le pase, claro.

Así porque sí, no.

Que usted quiera sacarse 'eso' de encima, lo entiendo perfectamente. Ahora, que haya que esperar que pase -dicho así- arrastra nada triviales reflexiones acerca del dolor y de la condición humana.

Lo felicito, joven, sin embargo: dice 'espero...'

Y está bien. Es humano. Es razonable. Y está bien que -puesto a ver- prefiera que pase, porque duele y porque lastima. O molesta. Y es para eso la esperanza: para esperar que pase, mientras no está pasando.

Pero.

Paciencia, joven. Lo más probable es que pase. Pero, paciencia...

No vaya a ser cosa que por esperar que se le pase así como así; es decir, por no querer esperar que se le pase (porque no se le pasa todo lo rápido que usted quiere), al fin, termine arrojándose en brazos de aquello mismo que dice que espera que se le pase.

Por no esperar. Por desesperación.

Todos -entiéndame bien: todos- esperamos que se nos pase algo.

No está solo.

Así que: Todos los que esperamos que se nos pase algo, esperamos que se le pase.

Si tiene que pasar, claro. Porque puede ser de esas cosas que no pasan tan fácil, o que se arrastran tanto tiempo o mucho, o siempre. Hasta que pasan.

Y de esas también todos tenemos alguna...

O porque puede ser de esas cosas que no tienen que pasar así como así.

Pues, si es así, qué decir: hay que esperar que se le pase eso de esperar que se le pase así como así, como sin querer esperar.

Hasta donde sé, y espero, el cielo sigue arriba, amigo...

Pero todavía hay que esperar.