jueves, 5 de marzo de 2020
Hay un verde que "garpa"
No sé si será vero, pero es creíble.
Dicen que alguna vez Néstor Kirchner dijo que "la izquierda, garpa...". Y así, si fue verdad, con una concisión encomiable, resumió su doctrina sobre los derechos humanos y, en esa misma consigna destilada en el alambique de lo que sirve o no, fundó sus acciones en ese campo.
En todos aquellos años, Alberto Fernández aprendió mucho al lado de Kirchner.
Hoy le toca a él emitir consignas punzantes como escarbadientes.
No creo que lo haga. No así como NK lo hizo.
NK no era un intelectual. Y Alberto F., sí, secundum quid al menos. Y la vanidad de los intelectuales puede ser inconmensurable. Si hay algo que habitualmente no toleran es verse a sí mismos "sin perros", como dice el criollo.
Son dados a fundamentar con argumentos espesos, en su caso de él también como líricos, diría, porque decir como dicen todos lo que todos dicen, les da urticaria intelectual.
Sin embargo, y sin dar demasiados motivos, postulo algo que me resulta evidente al olfato.
El "banco" ideológico que "garpaba" a NK fue, en aquellos días, ese recostarse suyo sobre el talismán de los derechos humanos y el talismán de la dizque verdad y la justicia. Con gestos que hasta incluso tenían algo de teatral, gestos (sobre)actuados con poca solvencia pero eficaces para lamber a los que "garpaban". Y para que los que "garpaban" lo lambieran a él. Con eso, el objetivo mayor estaba más que cumplido.
Hoy, las cosas son distintas. La mística de los derechos humanos y sus alrededores no tiene el glamour épico que solía. Hay esforzados remadores, es verdad. Pero de a ratos reman en cemento fresco. No es un producto cultural que se venda fácil -por instalado que esté en el imaginario colectivo como producto cultural construido... (no puedo creer con qué facilidad pude escribir lo que acabo de escribir...)-, no tiene la misma "salida" que supo tener.
Le asiste toda la razón a Mirtha Legrand: el público se renueva. Pero lo que no dice ella, lo dirá un servidor: los asuntos también.
De ese modo, lo que aquello fue para NK, es ahora para Alberto F. otra cosa, esto es: cualquier asunto que pase cerca del género y sus subproductos.
Sí, mis queridos: el género "garpa".
Es ahora lo que "garpa". Y Alberto está necesitado de financiamiento, como cualquiera sabe.
¿Que tiene motivos personales y familiares? ¿Que tiene convicciones de intelectual moderno y comprometido con los "derechos"?
Será. Cómo saberlo.
Pero no le hace.
Él, creo, aprendió de su maestro. Y así, creo, entendió que la bandera que en estos tiempos "garpa", es la del género y sus innumerablemente crecientes subproductos.
No cambia demasiado la batalla que hay que dar, por más que la razón del adversario sea al fin de cuentas de puro, mero y perverso cálculo.
A esas enormidades uno se opone igual. Y las combate igual.
Y no porque oponerse a esas enormidades y combatirlas "garpe".
En ningún sentido.
Es así porque es así.
Porque las hojas verdes de los árboles (adivinen qué...): son verdes.
Y claro que el verde de las hojas verdes, no "garpa".
Habrá quienes combatan a los que combatimos por el verde de las hojas verdes.
Tal vez, a Alberto F. hasta eso le "garpe".
Porque él seguro sabe que, hoy, el verde que "garpa" es el de los "pañuelos verdes".