viernes, 3 de mayo de 2024

Río


Las márgenes del tiempo, que es un río,
–una en verdor, un arenal enfrente–,
ven que boga mi vida en la corriente
y van mudando al paso del navío.

Carga mis horas y entretanto siente
que su timón es suyo, pero es mío;
que mi dolor es mío y, de repente,
ya no es dolor y es un amor bravío.

En cada costa, junto al agua, espera
un otoño que, vuelto primavera,
hace del lodo rosas. Y, en las rosas,

hace nacer la vida con que el lodo
al agua le da vida y, de ese modo,
alimenta de amor todas las cosas.