Llevo el otoño al corazón prendidocomo un broche de plata y una espadaque en esta entraña amante se haya hendidoy haya herido la fibra enamorada.Llevo el otoño nuevo –y bienvenidocon su llovizna gris, tenaz, callada–,que se enciende en el fuego que ha encendidoeste pecho, mi hoguera y tu morada.
Y lo dejo llegar y estar conmigoy soy tan él al deshojar mis horas,pues ser otoño es ser y deshojarme.
Y lo dejo venir: viene contigoa las tardes de luz deslumbradorasque has elegido para estar y amarme.