domingo, 2 de abril de 2023

Secreto


No son los laberintos, 
ni los ignotos senderos grises entrecruzados,
ni jeroglíficos en estelas de algodón, 
en el basalto duro;
no es un cofre ricamente tachonado
candado de peltre, cerrajes de hierro,
ni imposible abertura.

Allí no hay criptogramas,
contraseñas, 
ni escrituras con tintas de limón
que reviven al fuego de una llama.

No hay rastros de palabras esotéricas.
No hay gematrías, 
ni metátesis.

Nada ha sido encriptado, 
ni hay una cifra áurea que abra los sentidos
de los gestos imperceptibles, 
de las voces mudas. 

No hay conjuros,
no hay la magia verbal que los magos dominan.

Todo está oculto al oído y la mirada
que ven y oyen todo el tiempo su epifanía.

Todo es recóndito, sin embargo.

Invisible y vivaz como el aire, 
potente e invisible como el viento, 
claro como la luz que es invisible,
fecundo como la vida invisible.

Lo guarda el corazón y a la vista de todos.

Secreto que los ojos no ven
y luce y enceguece.
Secreto que nadie oye 
y se proclama como un bando regio en las plazas, 
como la canción de un juglar, 
como el trino melodioso del ave, 
como la furia del mar, 
luminoso como millares y millares de estrellas 
en música interminable.

Murmullo del vuelo de una mariposa, 
respiración de una rosa y un geranio encarnado, 
tumulto de quietud, 
tempestad de silencios.

Así guarda el corazón su secreto.