Hice la ruta del viento.Me fui solo hasta su altura,costeándole la cinturaa la sierra, al tranco lento.Trepé la senda del montedonde el jume silba fuerte;vi arenas de tierra inerteque no tienen horizonte.Anduve la cumbre arisca,escapando a la centella.Pero equivoqué la huellapor culpa de la ventisca.Y vi un sendero en la falda.Y una falda en el sendero,que me llevó prisionerode una mirada esmeralda.Ya traigo el viento a mi espalday se vuelve aire amorosoque en la quebrada, quejoso,con la tarde se lamenta,en un suspiro de mentaque deja el aire sabroso.