sábado, 9 de mayo de 2020

Del tiempo sagaz (II)


De pronto un día llega y nos sorprende,
nueva y fragante como la mañana:
en una calle estrecha y aldeana
una mirada como un sol se enciende.
De pronto un día una sonrisa mana
trazas de luz que el corazón entiende,
y en coraje de amor su guerra emprende,
feliz de ver que, si es vencido, gana.
Transcurre el tiempo y juega como un duende
y en un de pronto súbito nos hiende
con las agujas de su magia arcana. 
Y así como deshace, nos defiende.
Porque el tiempo sagaz puede hacer vana
cualquier memoria que, al pasar, suspende.