jueves, 26 de noviembre de 2015

Sur del alma


El alma tiene un sur que la conmina
a una estepa de luz, ciega de viento,
desierta de color y a un ceniciento
aroma, miel de piedras, que trasmina
sus arenas sin tiempo y, a su acento,
gimen el aire con pasión marina,
de un mar de soledades que fascina
la sed sin fin del corazón sediento.
El alma tiene un sur y hacia él camina
interminablemente, y su contento
es un rayo de cielo que fulmina,
a pura inmensidad, el pensamiento,
y un amor que en el alma se destina
a quedarse con nada y sin aliento.