viernes, 12 de septiembre de 2008

Indigencia contingente

El asunto es que no tengo a mano ahora los 69 pesos.

Si usted los tiene, y quiere comprar el libro, entonces, va, lo compra y después me lo presta. No digo que valga lo que cuesta, ni digo que tenga grandes expectativas. Pero el tema tiene lo suyo (lo mío, debería decir, porque es a mí a quien le interesa...)

El libro se llama en español El efecto sofístico, dizque obra de Barbara Cassin.

Y el comentario dice:
"El ser es un efecto del decir", sostiene la autora. Esto explica que los discursos de los sofistas puedan tener un efecto terapéutico, ya que "ponen en juego la fuerza del decir para inducir un nuevo estado y una nueva percepción del mundo". No sorprende, entonces, que Cassin vincule el psicoanálisis con la sofística. En ambos se trata menos de encontrar "la" verdad que de producir "una" verdad que mejore la situación en que se encuentra un sujeto. Tanto en uno como en otro, ese discurso que resulta fuente de alivio no sólo es valioso en términos terapéuticos; además lo es en sentido económico. No se paga por la verdad -que, como enfatiza Cassin, "es impagable en todos los sentidos del término"-, sino por la sustitución "de un estado menos bueno por uno mejor" gracias al trabajo del profesional de la palabra y el silencio.

No parece nada nuevo, a pesar de que los plumíferos se han deslumbrado con lo provocativo (¡?) de la tesis.

Hay algo, sin embargo, en lo que más o menos acierta, precisamente cuando yerra: el ser es un efecto del decir.

Es verdad.

Y toda la cuestión en discusión está precisamente en eso mismo: para que las cosas existan es necesaria una palabra y el ser de las cosas pende de una palabra. Claro que hay que pasarle el peine fino a términos como ser o existir, para ver si quieren decir lo que dicen u otra cosa que lo que dicen.

Pero si aquí se entiende que ser es ser y existir es existir, el único problema con esa tesis nueva (¡?) es que efectivamente es así, salvo por el hecho de que no es la palabra del hombre la que puede alcanzar ese efecto.

Y el hecho de que parezca que puede ser la palabra humana la que haga existir, es probablemente lo que hace que se escriban libros como este libro de 69 pesos, que no puedo comprar.

Lástima.