miércoles, 22 de febrero de 2023

Sangre de toros y humo de altares



El torero muerto (dedicado a Florentino Ballesteros II)

Tal puede ser la obra de una hora funesta.
Ese pelele ebrio que no tiene ni rostro
fue el bello Florentino. Esto era la gracia
sonriente y la virtud frente al Poder.
¡Roto el fino espinazo de temple toledano!
¡Vacía, la crisálida, su mano que aventaba
grácil aquellas anchas falenas imperiales,
cada una en su callado diseño milagroso!
¡Era la abeja, con su rosa en peligro!
Murió con la violencia súbita de los reyes,
y desde el ruedo sube hacia la Virgen,
flotando su capote. No le hacen falta alas.

The dead torero (así en el original)

Such work can be the mischief of an hour.
This drunken-looking doll without a face
Was lovely Florentino. This was grace
And virtue smiling on the face of Power.
Shattered, that slim Toledo-tempered spine!
Hollow, the chrysalis, his gentle hand,
From which those wide imperial moths were fanned
Each in its hushed miraculous design!
He was the bee, with danger for his rose!
He died the sudden violence of Kings,
And from the bullring to the Virgin goes
Floating his cape. He has no need for wings.

El poema lo encontré leyendo Roy Campbell, Poeta taurino, un breve artículo de Aquilino Duque Gimeno, de la Fundación de Estudios Taurinos (Revista de Estudios Taurinos N.º 9, Sevilla, 1999, págs. 173-178). Duque ofrece allí esa traducción. Y algo más, esta reflexión al final de su artículo:
...de Roy Campbell en cambio sí que hay que decir que mientras los demás poetas de su tiempo y de su estirpe han sido reeditados y traducidos hasta la saciedad (Yeats, Eliot, Auden, Spender,  McNiece, el propio Pound), hoy no es fácil hallar libros suyos en el mercado. Cualquiera que hubiese militado en las Brigadas Internacionales tendría más suerte con una plaqueta insignificante que Campbell, adicto a la causa nacional, tiene con toda su obra. Y es que a Campbell le atraía en España aquello mismo que sus adversarios querían aniquilar: la sangre de los toros y el humo de los altares, y eso le hizo acercarse a San Juan de la Cruz después de presenciar en Toledo el holocausto del convento del Carmen y acercarse a la fiesta nacional con más coherencia que Hemingway, por dar sólo un nombre anglosajón. Muestra de ello son estos dos poemas en cuya traducción he puesto mi mejor voluntad.
Por su parte, este poema taurino aparece en el libro Mithraic Poems, que Campbell publicó en 1936, y está también en la recopilación de su poesía, The Collected Poems. Es uno de los sólo 5 poemas que dedicó en toda su obra a un tema que lo apasionaba.

Hay del poema otra traducción, de Esteban Pujals, aparecida en su libro España y la guerra de 1936 en la poesía de Roy Campbell (Colección «O crece, o muere», Ateneo, Editora Nacional, Madrid, 1959).  La encontré en La poesía taurina de Roy Campbell, un artículo de Luis López Ruiz.
Tal calamidad es obra de un mal momento.
Este muñeco de aspecto ebrio y de rostro ausente
fue el admirable Florentino. Era la gracia
y la virtud sonriente cara a cara a la Fuerza.
iRoto ese ágil espinazo templado en Toledo!
iVacía !a crisálida de esa gentil mano, con la cual
abanicaba aquellas anchas mariposas imperiales
en e! suspenso de dibujos milagrosos!
¡Él fue la abeja, peligro de la rosa!
Murió la muerte violenta y repentina de los reyes,
y de la Plaza hasta la Virgen sube
con su capa extendida. No necesitaba alas.
Queda bastante más para decir de los poemas taurinos que escribió el sudafricano de origen escocés, gran poeta, que admiro y gusto grandemente.

Pero, por ahora, alcanza el tiempo no más que para decir que Florentino Ballesteros (*), hijo, fue un matador que murió corneado en la arena en 1917, a los 24 años y que Campbell no conoció porque llegó a España en 1933.




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(*) Aquí se enteran de la vida y muerte del matador: https://www.heraldo.es/especiales/centenario-muerte-florentino-ballesteros/