jueves, 23 de febrero de 2012

Nobleza obliga

Hace un tiempo, quedó dicho que las cosas que había en esta bitácora de algún modo mudarían en varias direcciones. Y así fue.

Se dijo también que, en lo posible, un servidor trataría de hacer libros de ellas. Y así fue también y así va siendo, Dios primero, y habiendo vida, que no está sobrando.

De hecho, los versos fueron los que tomaron la delantera y cerraron filas en respectivos tomos.

Con la prosa -los ensayos, series de artículos y otros comentos- es más difícil. Aunque no tanto que deba resultar imposible, porque también van camino de juntarse (Dios primero, y habiendo vida, que no está sobrando...), cada uno en torno al fuego que mejor parece que le va.

La versión de estas cosas, por fuerza, habrá de ser digital, cuando llegué el momento, y entonces, si llega, aparecerán disponibles en la bitácora pelícano en el sur.

El caso ahora es que una suma de insólitas y conmovedoras generosidades hizo que el primero y más extenso de los tomos formados con los versos que hubo en esta bitácora, se volviera libro de papel que ya anda por ahí. Nobleza obliga, por lo mismo, y esta entrada cumple con el deber de anunciarlo y agradecerlo.

Para quien tenga interés, tal vez valdrá la pena recordar que, en sus años, aparecieron en estas páginas poemas sueltos, esto es, aquellos que no pertenecieron a ninguna de las series de poemas, que sí las hubo aquí y forman ya volúmenes, aun cuando todavía son volúmenes inéditos en todas las versiones, salvando el hecho de que aquí estuvieron.

Los poemas sueltos fueron 138 composiciones que, con el agregado de dos nunca publicadas, formaron un tomo que lleva por título, precisamente, 140 poemas. Es el libro en papel recientemente editado del que estoy hablando y cuya tapa ilustra esta entrada.

Con simpatía, dedicación y esmero, lo publicó Vórtice y tiene 214 páginas.