jueves, 27 de septiembre de 2007

Los secundarios (VII): Algo de G. K. Chesterton

Me recordó hace unos días un amigo, comentando con él esta doctrina casera, un pasaje de la biografía de G. K. Chesterton de Maisie Ward. Eran unos versos de juventud que GK anotó en un cuaderno de apuntes y que se refieren exactamente a minor characters.

Pero la referencia me obligó a repasar buena parte del capítulo V, The Notebook.

Por ejemplo, aparecen allí algunas oraciones de gratitud por la existencia y por todo lo que hay en el mundo, tema tan querido para el autor. Entre ellas, una que viene muy a cuento e inaugura un pasaje que conviene que copie in extenso (*):
The Prayer of a Man Resting

The Twilight closes round me

My head is bowed before the Universe

I thank thee, O lord, for a child I knew seven years ago
And whom I have never seen since.
Comenta M. Ward:
For, if he was to be grateful, to whom did he owe gratitude? Here is the chief question he asked and answered at this time. At school he was looking for God, but at the age of 16 he was, he tell us in Orthodoxy, an Agnostic in the sense of one who is not sure one way or the other. Largely it was this need for gratitude for what seemed personal gifts that brought him to belief in a personal God. Life was personal, it was not a mere drift, it had will in it, it was more like a story.

A story is the highest mark
For the world is a story and every part of it

And there is nothing that can touch the world or any part of it
That is not a story.
La biógrafa trae entonces aquellos versos que efectivamente resultan muy pertinentes a nuestro tema:
And again, with the heading, “A Social Situation.”

We must certainly be in a novel;

What I like about this novelist is that he takes
Such trouble about his minor characters.
Precisamente, aquí está: minor characters. Caracteres secundarios de esta novela, ‘extras’ diríamos cinematográficamente, de los que el autor se preocupa como si fueran principales.

Pero hay allí algo más, igualmente relevante:
The story shapes from man’s birth and it is as he meets the other characters that he finds he is in the right story.

A Man Born On the Earth

Perhaps there has been some mistake
How does he know he has come to the right place?
But when he finds friends
He knows he has come to the right place.

You say it is a love affair
Hush: it is a new Garden of Eden
And a new progeny will people a new earth
God is always making these experiments.

Life is a story: who tells it? Life is a problem: who sets it?

The world is a problem, not a Theorem
And the word of the last Day will be Q.E.F. (quod erat faciendum)
God sets the problem, God tells the story, but can those know Him who are characters in His story, who are working out His problem?

Have you ever known what it is to walk along a road in such a frame of mind that you thought you might meet God at any turn of the path?

For this a man must be ready, against this he must never shut the door.

* * *

Se dirá que la perspectiva de Chesterton apunta en una dirección algo diferente y es verdad, en parte.

Ciertamente, Chesterton está mirando el magnífico espectáculo de la existencia y la relación de estas magnificencias creadas en el universo con el Magnífico Autor. Sin embargo, y no al pasar, Chesterton define la existencia como una historia, como algo con sentido, con un guión, con un Plan. Y la vida del hombre, en el centro de esa historia. Y es una historia que cada hombre habrá de descubrir a medida que transcurre, tanto como deberá ir detrás del Plan, mientras va en él. Todavía más: en el encuentro con otros characters deberá ver que está en la historia correcta, que no se ha equivocado, que no es azaroso su papel.

En nuestra doctrina casera había un corolario grave, pero también feliz. No sabemos exactamente cuál es el personaje principal de quien somos secundarios. Debo prestar atención. Mis actos –no solamente frente a Dios y a mí mismo- adquieren una gravedad mayor, requieren de suma atención. La vida, lejos de volverse abigarrada y farragosa, o vacía e insulsa, se transforma entonces en una aventura emocionante, en una verdadera obra de misterio, porque no es solamente un premio consuelo lo que está al final del viaje, como si fuera un juego sin mayores consecuencias, sino que al final estará aquello que buscamos con tanto ardor y ahínco: el para qué, el sentido de la existencia, de nuestra vida.

Aun podemos, creo que sin forzarlas en absoluto, enlazar estas ideas con lo que decíamos respecto de El Señor de los Anillos, en cuanto al sentido de las peripecias cruzadas de Frodo y Gollum, en el marco de una historia que ciertamente los excede a ambos, pero que parece que sin los cuales no sería la misma historia y no llegaría al fin, al final. Pero lo que se dice en esta doctrina casera es que sus mismas vidas quedarían misteriosamente inexplicadas sin aquello que los ha unido, algo que ha hecho que uno fuera respecto del otro, en un caso protagonista y en el otro secundario. En 'Hoja' de Niggle, John Tolkien hace que ocurra algo más o menos similar entre el protagonista y su vecino y habrá que ver cuál era en realidad la tela que debía pintar Niggle en este mundo.

Toda la existencia está en esa especie de camino, que dice Chesterton, en cualquier momento del cual puede aparecérseme Dios mismo; aunque -y aplicándolo a nuestro asunto- digo que también e incluso a veces antes o quizá en lugar de Dios, aparecerá la figura de alguien que no sé quien será (probablemente, aquel niño que Chesterton conoció siete años atrás y no ha vuelto a ver) ante quien debo rendir cuentas de mi papel, pues ante él se justifica y se enlaza mi vida con y dentro de un Plan. Alguien importante cuya importancia no conozco de antemano que espera que yo diga, tal vez, simplemente: “la mesa está servida”, pues sin esa intervención la obra no progresa ni llega a buen puerto.

En un caso y en el otro, en el de la doctrina del secundario, como en el de los postulados chestertonianos, se requiere, entonces, suma atención. Y ésa es la razón por la que entiendo que viene a cuento al fin la referencia al Libro de Notas. Atención y la obediencia que le está emparentada. Pues no sólo es ver y oír con atención, sino obrar con cierta docilidad a lo que se vislumbra, tanto como al principio general de que debo cuidar mis actos pues nada más fácil que perder de vista la posibilidad de que esté frente a mi protagonista.

De allí que en un caso como en el otro prestar atención es vital, tanto para el espectador y partícipe de esa gran maravilla que es la existencia, como para el personaje secundario que debe aplicarse a encontrar el sentido de su papel en relación con un protagonista que lo aguarda.


______________________________
(*) Los textos de Maisie Ward están en letra normal, los de GK en itálica.

Las traducciones:

Plegaria de un hombre que descansa
El crepúsculo se cierra en torno mío, mi cabeza se inclina ante el Universo. Te agradezco, Señor, por un niño que conocí hace siete años y a quien no he vuelto a ver.
------------------

Porque, si había que estar agradecido, ¿a quién había que estarlo? He aquí la principal pregunta que se hizo y contestó en esa época. En la escuela buscaba a Dios, pero a los 16 años era, según nos dice en Ortodoxia, un agnóstico en el sentido del que no está seguro de una u otra cosa. En parte, fue esa necesidad de agradecer lo que le parecían regalos personales, lo que le condujo a la creencia de un Dios personal. La vida era personal, no un mero derivar; había voluntad en ella, se parecía a una historia.

Una historia en el nivel más alto, pues el mundo es una historia, lo es en todas sus partes, y nhay nada que ataña al mundo o alguna de sus partes que no sea una historia.
------------------

Y, también, con el título
"Situación social":
Sin duda estamos en una novela;
lo que me gusta de este novelista es que
se preocupe tanto de sus personajes secundarios.
------------------

La historia empieza a tomar forma al nacer un hombre, y cuando éste conoce a los otros personajes, descubre que está en la historia que le corresponde.

Nació un hombre en la tierra
¿No habrá habido un error? ¿Cómo va a saber que llegó al lugar adecuado? Pero, cuando encuentra amigos, sabe que llegó al lugar adecuado. Dices que es cosa de enamorados. Calla: es un nuevo paraíso, y una nueva progenie poblará una nueva tierra. Dios está haciendo siempre estos experimentos.
La vida es una historia: ¿quién la narra? La vida es un problema: ¿quién lo plantea?
El mundo es un problema, no un teorema, y la palabra del día final será Q.E.F.
Dios plantea el problema, Dios narra la historia; pero, ¿pueden conocerle los que son personajes de Su historia, los que están elaborando Su problema?
¿Supiste alguna vez lo que es andar a lo largo de un camino en tal disposición de espíritu que se cree que se puede encontrar a Dios a la primera vuelta?
Para tal caso el hombre debe estar listo, a tal ocasión no se le debe cerrar nunca la puerta.