lunes, 14 de noviembre de 2005

Viejos asuntos nuevos

Pastores son pastores. No importa si son laicos o no son laicos. Pastores son y para eso están: para conducir a sus rebaños.

I
Uno laico -digamos, José Saramago, por ejemplo- bien podría decir algo así hablando de su última novela, Las intermitencias de la muerte:
El problema de la Iglesia es que necesita la muerte para vivir. Sin muerte no podría haber Iglesia porque no habría resurrección. Las religiones cristianas se alimentan de la muerte. La piedra angular sobre la que se asienta el edificio administrativo, teológico, ideológico y represor de la Iglesia se desmoronaría si la muerte dejara de existir. Por eso los obispos en la novela convocan a una campaña de oración para que vuelva la muerte. Parece cruel, pero sin la muerte y la resurrección, la religión no podría seguir diciendo que nos portemos bien para vivir la vida eterna en el más allá. Si la vida eterna estuviera acá...

II
Claro que no estamos en tiempos en los que cualquier pastor no laico (es casi lo mismo que religioso; pero casi, nada más) pudiera sin más estar en desacuerdo con el mundo-mundo.

¿Qué se yo? Monseñor Laguna sabrá por qué dice lo que dice. Creo que también sé. Me parece, al menos.
El pastor también hizo referencia a la legalización del aborto y se mostró de acuerdo en que se despenalice en "algunos casos", aunque no especificó en cuáles.

"No puede ser que sobreabunden los embarazos no queridos, que traen problemas serios: se casan y se separan al tiempo porque son matrimonios forzados", expresó Laguna y agregó que debería "haber mucho conocimiento sobre sexo. De todo. El colegio no cumple su función si no enseña la totalidad de la sexualidad".

Laguna prosiguió diciendo que las instituciones educativas deberían informar más sobre cómo "impedir el embarazo. Mi misión es predicar la castidad. Pero los que no quieran ser castos, que no lo hagan mal, sin nada".

"La Tradición indica que el sexo es para la procreación. Yo no lo creo. El sexo es para muchas cosas", manifestó Laguna y añadió que "habría que despenalizar el aborto en algunos casos", aunque no enumeró en cuáles casos sería conveniente dicha interrupción del embarazo.

III
Por más que estemos en el mismo ámbito, esta otra cuestión ya no es idea de Monseñor Justo Laguna (y ya se hace machacón aquello de que un nombre es un destino...).

Pero, en todo caso -siempre en tren de poner por obra lo que se predica- y por si alguno tiene pensando ir a la pulcra y aséptica Alemania, para el próximo campeonato mundial, quiero avisarle que si le interesa el futbol mucho, mucho y no quiere perder ni un minuto, sepa que los alemanes van solucionando todos los problemas, de a poco pero con teutónica eficacia.


IV












¿Y esto qué tiene que ver?

¿Cómo? ¿Seguro? ¿No le ven nada parecido a nada? ¿Ni un aire de familia? ¿No?

Qué raro...

Cosa de mirar y ver. O seré yo, tal vez...