martes, 9 de diciembre de 2003

El Arca rusa I

"Al ser consultado en Cannes sobre los logros de la película, Sokurov, con su habitual parquedad, que lo lleva a minimizar todo el tiempo los halagos, indicó: 'No soy un teórico, sino un director práctico. Tampoco me considero un realizador experimental, sino más bien uno clásico y tradicional. Yo nunca me propuse descubrir nada nuevo ni ser considerado un pionero. La idea de una película entera, sin montaje, existió durante años. Sólo que recién ahora contamos con los medios que nos permiten concretarla. Veo a las posibilidades tecnológicas como una herramienta más y no como un fin en sí mismo'". ("Entretelones de una proeza", La Nación, 5/11/2003).

La proeza se sitúa en realidad en tres niveles.
Uno, el técnico: filmar una película de largometraje de una sola toma de noventa minutos.
Dos, lograr con ello un análogo de lo que los medievales llamaban el evo de los ángeles: una duración supratemporal que permite moverse con fluidez en ambos sentidos de la línea del tiempo.
Tres, y lo más notable: que un hombre del siglo XXI pueda usar la técnica como simple medio ordenada a un fin superior y espiritual.

El Espíritu sopla donde quiere.



El Arca rusa II

Opiniones discordantes: "es una mala y caótica mirada francesa a la historia rusa de los últimos tres siglos".

Opino exactamente lo contrario: se trata de una sutil mirada rusa, bien rusa, dirigida sobre Rusia y su ambivalente relación con Europa -Francia incluída- en las tres postreras centurias.

Puntos de vista.