jueves, 15 de septiembre de 2022

Son canciones contigo (7)


Un día moriré sobre este llano
(y cuándo sabe Dios).

Pero algo saben ellas,
las banderas al aire atadas a ese mástil
que son tus ojos, niña; 
cortejo de arreboles flamígeros te llevan
en las andas del día
y en el sol que te espera en esa tarde 
junto a la fosa abierta:
la puerta solitaria hacia mis huesos, 
el lecho de mi sangre en tierras que labramos
entre surcos de besos y semillas,
tierra que conquistamos con amor y con lágrimas,
en ese tiempo breve que el tiempo nos ha dado.

Un día moriré de verte bella,
erguido el estandarte de tu risa y tu canto,
clavado sobre el pecho en el que anidas
tibiamente cantando,
riendo las campanas sonoras de tus labios.

Y ese día, en el mundo,
verás que no fue vana la guerra. Y el combate.
Con guirnaldas de fuego,
con salvas de calandrias,
con desfiles de gloria, en flor los ruiseñores, 
estarás a mi lado.

Un día moriré, Dios sabe cuándo.

Y cuando llegue el día
nos hallará desnudos del peso de los años,
aparte de las gentes,
un ejército mínimo que no ha dejado el campo,
abrazados al día que cada día trae,
batiéndonos, venciendo al viento de estos días
que taja nuestras manos,
llagadas de un amor que no se rinde nunca,
heridas de un amor 
que nos sembró el amor a una patria que tiene 
tu ternura y tus ojos.