jueves, 31 de marzo de 2022

Cenizas de marzo


El aire silba su esmeril opaco.

Cubre marzo,
ya escamado de niebla a mis espaldas.

Navegan con el viento las cenizas,
como la nada, sutiles.
Una proa, sin embargo, surca las horas, 
taja el tiempo adelante, 
lo convoca,
va a su encuentro.

En un lecho de otoño,
a mí, timonel de abril,
me espera el epitalamio de hojas doradas,
que celebra el amor 
más fuerte que la muerte.