domingo, 26 de diciembre de 2021

Impuestos y Ave María


No crea. Entiendo todo. No sé si perfectamente, pero entender, entiendo.

¿Es cuestión de retórica? ¿Es un argumento conveniente, oportuno? Será. Y tiene todo el aspecto. 

Pero a trasluz, muestra otra cosa.

Cuando decimos algo, "nos" decimos. Mostramos nuestro revés interior de la trama exterior del  discurso, y se nos cuelan nuestras concepciones. Hasta en las palabras que elegimos, porque –estrictamente hablando–, no hay sinónimos.

Entonces...

Muchas veces oí (y sigo oyendo) la indignación de buenos cristianos, presumo, que ponen el grito en el cielo por las blasfemias y tropelías de todo tipo que inundan el mundo nuestro. El ataque al cristianismo, a Jesucristo, a su Madre, a cualquiera de las creencias de un cristiano. Y especialmente la de los católicos.

Bien. Entendido.

Nomás hoy, por ejemplo, veo una de estas campañas indignadas, ahora contra un tal Riccardo Simonetti (influencer... ay, mi madre...) que fue tapa en una revista de homosexuales en Alemania, homosexual él mismo,  disfrazado con todo y barba de Virgen María, con un san José negro a su lado. No me detengo demasiado. Un caso entre otros. Ni el primero, ni el último. Las leyes de la comunidad europea y de sus estados miembros son peores que esa tapa, con lo repugnante que resulta y todo. Y claro que es una ofensa y una blasfemia, la foto, la nota interior y más.

Sólo voy a hacer un berve comentario sobre un argumento que suele usarse (y esta vez lo usan) en las campañas virtuales de este tipo contra ésta y otras centenas de ofensas. 

Leo lo último que me llega hoy mismo desde España:
El embajador del Parlamento Europeo para asuntos LGTBI, pagado con nuestros impuestos, se mofa de la Virgen María caricaturizándola como una mujer barbuda.

¡Así trata la Unión Europea a los cristianos en la Navidad!

Exige al presidente del Parlamento Europeo, el señor David Sassoli, que cese a 'su' embajador de manera inmediata por insultar la fe de millones de cristianos europeos.

¿Pagado con nuestros impuestos? ¿Así trata la Unión Europea a los cristianos en la Navidad? ¿De veras dijo eso?

Hace mucho ya que cabezas mejores, como la de C. S. Lewis, se dieron cuenta de que el postcristianismo es peor que el paganismo.

Pero los que usan el argumento de las iniquidades que hacen los estados con "nuestros impuestos", no parecen haberlo advertido todavía.

¿Hablan de impuestos que pagan cristianos en estados cristianos que gobiernan cristianamente con los cristianos impuestos? Hablan de estados cristianos que no existen, hablan de sociedades cristianas que no existen (así, como un colectivo potente y culturalmente homogéneo), hablan de costumbres cristianas que han perecido o se han pervertido. Como si vivieran en un mundo cristiano, en una sociedad cristiana.

El cristianismo tiene derechos universales sobre el entero cosmos. Porque Cristo los tiene. Nuestra Señora es la Reina del Cielo y la Intercesora universal, Reina de los Ángeles, la Esposa del Creador, Madre de su Hijo y Madre nuestra, los pecadores.

Y eso hace que el cristianismo tenga per se el derecho a proclamar esas y otra verdades sobrenaturales y naturales. Y a obrar según esas verdades. Y la Caridad por sobre todo, claro que sí. 

¿Lo sabe el mundo? ¿Lo sabe la Unión Europea y sus países miembros? ¿Lo sabe cualquier país, la pobre Argentina entre ellos? Lo sepan y lo rechacen, lo sepan y lo ignoren, lo han sabido y se han olvidado, o no lo sepan, tanto da.

Pedirle al mundo mundano que respete nuestros cristianos impuestos es una soberana estupidez.

Una cosa son los derechos inderogables del cristiansimo. Otra cosa es reclamar el uso cristiano de impuestos cristianos (y no cristianos) para que un estado postcristiano de una sociedad postcristiana con una cultura postcristiana (y, en el mejor de los casos, apóstata), tome medidas cristianas que abomina y respete al cristianismo que desprecia y combate. Zonceras, puras zonceras. Reclame, si quiere. Pero es una zoncera.

Para el caso, y fíjese lo que le digo, ¿por qué no?: ¿Y si se pide primero a la entera cristiandad y a quienes corresponda el uso cristiano de las cristianas limosnas, óbolos cristianos, donaciones y tal y tal? ¿Pedir que los cristianos –"todos" los que cristianos son–, den cristianamente lo que tienen para dar al cristianismo, para que el cristianismo haga con los bienes cristianos la obra cristiana que su Fundador le ha pedido con las cosas del Cielo y de la tierra?

¿Monedas cristianas para colegios de veras cristianos (dije "de veras cristianos", a ver si se me entiende...)? ¿Monedas cristianas para editar (como más le guste, en el formato que le venga mejor) cristianismo escrito, cristianismo oral, cristianismo visual? ¿Monedas cristianas para caridad cristiana? ¿Monedas cristianas para apoyar a quienes cristianamente quieren y quieren hacer y hacen mejor política, bien común natural, vida buena? Y entre otras cosas, al fin, but not least, ¿monedas cristianas para sostener sacerdotes cristianos que obren cristianamente su sacerdocio? ¿Monedas cristianas para que los sacerdotes primero (pontífices, obispos, sacerdotes, diáconos, lectores, acólitos, et al.) obren cristianamente y dignamente el culto debido a Dios en la liturgia cristiana?

No. De eso, nada. Cuando me llegue esa "campaña", les aviso.

Política, pura política, puta política, de la mala. La que puede imaginar quien viva y respire en un mundo postcristiano. Una especie de retórica de oportunidad con argumentos que pueden impresionar a un mundo postcristiano que cree de veras que la libertad es cosas así como pagar menos impuestos y que cada quien pueda hacer lo que quisiere sin que ningún poder de este mundo o del Otro le diga qué.

Es parte de la enfermedad. No del remedio. Mala suerte.