miércoles, 22 de diciembre de 2021

Frío y cormorán


Voy a un cielo y a un mar de cormoranes
de capa oscura y porte distinguido,
que en un acantilado embravecido
le protestan al viento sus desmanes.
Voy a una tierra yerma de guardianes,
oscuros en el aire; y, aterido,
llevo en el corazón mi propio nido
y tres palabras como talismanes.
Costa de un mundo que a este mundo ignora,
mar que está solo y barca solitaria,
sin marineros y sin capitán.
Solo en la piedra, luce tajadora
la efigie negra, libre, temeraria, 
que con desdén dibuja un cormorán.